«Ha sido un oro mucho más complicado que el anterior»

Feliz. Así se la ha visto a Carolina Marín. Feliz y con una sonrisa que parece no borrarse de su rostro desde su conquista en Yakarta el pasado domingo cuando se impuso a la india Saina Newhal por 21-16 y 21-19 y se quedó con el oro. La doble campeona del mundo de bádminton ha pisado suelo español y ha compartido en el Consejo Superior de Deportes su éxito.

Los aplausos y enhorabuena han llenado la sala para recibir a Carolina Marín. Una Marín a la que algo le faltaba en su pecho, una ausencia más que evidente que apresuradamente su madre se ha encargado de resolver. La medalla descansaba en una pequeña caja color verde en la que nadie se imaginaría viajaba, nada más y nada menos, que el oro conseguido en Indonesia.

Ella es la gran ganadora de esta historia, pero Marín ha comenzado su comparecencia como lo ha hecho a lo largo de todos estos días: agradeciendo. Ya con la medalla entre sus manos, la jugadora ha querido compartir su oro con todo su equipo y el público español, ya que su consecución ha sido «gracias a ellos» por dar «el empujoncito que se necesita en los momentos duros».

Acompañada por su familia en primera fila, a los que ha dedicado unas sentidas palabras, en el acto también han estado presentes el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo y Montojo, y Ana Muñoz, directora general de Deportes del CSD .

Tras leer una carta de agradecimiento de su entrenador, Fernando Ribas, Marín ha valorado que este campeonato «ha sido mucho más difícil que el anterior» sobre todo por la lesión que sufrió en su pie derecho un mes antes de la cita y que la mantuvo con muchas dudas hasta el final. Pero después de esos días de tormenta el éxito se disfruta aún más. «Esto ha llegado tras un año complicado pero por suerte me he recuperado muy rápido, he podido disputarlo y volver con el oro», ha sentanciado una de las embajadora del deporte español.

Sensaciones en el torneo

Con la presión que genera el estreno y aún más luego de su lesión Marín saltó a la cancha. «El primer partido era muy importante porque hacía dos meses que no competía. Era ese bache que hay que superar para continuar en la recta, fue mas psicológico que estratégico. El segundo también se complicó y tuve bastantes nervios», ha confesado la bicampeona.

Carolina Marín ha sentido el calor de los españoles, no solo de los que la acompañaron desde la grada sino también de aquellos que madrugaron un domingo de agosto para verla disputar la final. «Ha sido especial hacer madrugar a los españoles por eso esto se los agradecí desde el primer momento porque de verdad sentía ese calorcito», ha comentado.

Llena de fuerza y ambición, la onubense ha mostrado su sinceridad al momento de referirse a sus expectativas con respecto al torneo. «Yo no he ido a defender el título, he salido a disfrutar, eso ha sido clave. Y la final fue el partido que más lo hice. Me reí jugando», ha reconocido, que «no esperaba» el seguimiento que ha tenido su título mundial.

Carolina Marín vive días de gloria en los que más allá de la victoria el reconocimiento de sus pares la llena de emoción. Entre ellos uno más que especial para ella, la felicitación de Rafa Nadal, uno de sus ídolos. «Recibí un mensaje personal de él y sabe que para mí es muy especial. Me hizo muchísima ilusión, y quiero darle todo mi apoyo para que siga siendo como es, uno de los mejores deportistas de España», ha dicho.

Las polémicas

Sobre la Federación Española de Bádminton, en conflicto con la bicampeona desde hace meses, ha dicho: «Por mi parte lo importante es seguir centrada en el día a día, en los entrenamientos y disfrutar de la medalla de oro, que creo que me la merezco».

Consultada sobre la polémica que se ha desatado tras la confusión con el himno español, Marín ha asegurado que «Al fin y al cabo lo del himno ha sido una anécdota. Solo quise disfrutar de estar ahí arriba. La Federación Mundial ha pedido perdón, y eso es de agradecer. Ya ha pasado en otros deportes y también quedó como anécdota porque debe ser así».

Finalmente, ha destacado el valor de esta medalla, un «premio, una recompensa a tantas horas de entrenamiento». ¿Y los Juegos de Río? Carolina Marín ha sido cauta. «Para los Juegos queda un año aún pero espero llegar en las mejores condiciones posibles», ha sentenciado.