Sonia Fernández-Vidal: «Pronto habrá ordenadores cuánticos a los que nos conectaremos con el móvil»

La doctora en Física ha publicado «Los cinco reinos eternos», la tercera parte de una exitosa trilogía que une la fantasía con el mundo de las partículas subatómicas

Sonia Fernández-Vidal Isabel Permuy

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Sonia Férnandez-Vidal tiene dos hijos, y los dos han venido con un libro debajo del brazo. El 7 de diciembre de 2017 enviaba el manuscrito final del segundo tomo de su exitosa trilogía juvenil «La puerta de los tres cerrojos» (Destino) y al día siguiente nacía Atlas, su primogénito. Apolo, el segundo, llegó el pasado 10 de septiembre, pocos días después de que, cosas del destino, su madre finiquitara la tercera entrega, subtitulada «Los cinco reinos eternos». Doctora en Física por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y considerada por la revista Forbes como una de las cien personas más creativas del mundo, vuelve en su última novela a mezclar la ciencia y la fantasía en el reino de las partículas subatómicas . En esta ocasión, los protagonistas lidian con el transcurso del tiempo en el mundo cuántico, donde decir que todo puede suceder no es una exageración.

-Ya va por la tercera entrega. ¿Qué tienen sus libros para enganchar así a los jóvenes lectores?

-En cierto modo, lo tengo fácil, porque la física moderna atrapa como un agujero negro. El hecho de que las partículas fundamentales puedan atravesar paredes, la existencia de ordenadores cuánticos o de agujeros negros, de múltiples universos, un gato, el de Schrödinger, que está a la vez vivo y muerto... Son temas que fascinan a cualquiera. Contar todo estos fenómenos fascinantes con un personaje, Niko, que podríamos ser tú o yo, y trasladarlos a lo cotidiano, es una combinación muy atractiva.

-¿Esperaba este éxito cuando escribió el primer libro?

-¡Uy, ni mucho menos! Cuando escribí «La puerta de los tres cerrojos» hace diez años pensaba que sería una aventura única, pero tuvo una aceptación enorme y se tradujo a catorce idiomas. Era la primera vez que se mezclaba fantasía y física cuántica, explicada para los más pequeños. Fuimos pioneros, no existía nada así en el mercado. Para mí, este éxito significa que la ciencia interesa mucho más de lo que nos imaginamos. Simplemente, hay que explicarla con el ángulo correcto.

-¿Y en qué embrollos ha metido ahora a sus protagonistas?

-No solo tienen que salvar el mundo cuántico en nuestro universo, sino en todos los multiversos. Van a tener que tener que pasar por cinco reinos eternos para conseguirlo.

-Cita la teoría de los multiversos y hace alusión a un universo de bolsillo, ¿podría existir algo así?

-Dentro de las teorías cuánticas que hay sobre los multiversos, cabría la posibilidad de que crear un pequeño universo de bolsillo. Niko y sus amigos lo hacen para poder esconderse. Utilizan un ordenador cuántico, ahora tan en boga, para alterar las constantes universales. De esta forma, además de los multiversos empezamos a entender qué es la computación cuántica.

-Precisamente, Google dice haber conseguido la supremacía cuántica. ¿Qué le parece?

-Es una noticia extraordinaria. Y ha llegado más rápido de lo que se esperaba. Que empresas como IBM o Google se hayan metido en esta carrera ha acelerado todo el proceso. IBM duda de que sea supremacía cuántica (la realización de una operación con un ordenador cuántico que el ordenador clásico más potente del mundo no puede hacer), pero todavía no han escrito ningún artículo poniéndolo en duda.

-¿Qué es lo más extraordinario?

-El hecho de utilizar 53 cúbics en un ordenador cuántico y casi todos entrelazados entre sí ya es un hito. De momento, no tiene ninguna aplicación, pero será muy relevante cuando estos ordenadores empiecen a hacer operaciones útiles, que se puedan aplicar a la creación de nuevos materiales o medicamentos.

-¿Tardaremos en verlo?

-Yo creo que ahora se irá muy rápido, en términos de ciencia. Cuando en 2005 trabajaba en el Laboratorio Nacional de Los Álamos (EE.UU.), pensaba que sería mucho mas difícil. IBM ya tiene a disposición de los usuarios que quieran conectarse un ordenador cuántico en la nube de muy pocos cúbics. Y así funcionará en el futuro. Habrá varios ordenadores cuánticos y quizás desde nuestro teléfono móvil, cuando tengamos que hacer una operación compleja, podremos conectarnos por la nube para que nos den la respuesta. Lo podemos tener mucho más cerca de lo que nos imaginamos.

-El tiempo es clave en el libro. Corre hacia atrás.

-Una de las teorías de la física cuántica dice que el tiempo no fluye como un río, sino que, como ocurre con el espacio, todo está ahí fuera ya, desde lo que ha pasado a lo que tiene que pasar. Aunque nosotros lo vivamos como un fluir continuo.

-Los protagonistas atraviesan un agujero de gusano, sin ningún problema.

-Jaja, sí. Los agujeros de gusano son un solución hipotética de las ecuaciones de Einstein de la relatividad general, todavía no se han encontrado evidencias. Serían tremendamente útiles si los pudiésemos atravesar, porque son como atajos cósmicos. Es decir, nos permitirían pasar de un punto a otro del espacio-tiempo, aparecer en el otro lado del universo y en cualquier momento del tiempo.

-También viajan al CERN, que no deja de ser alucinante pero más mundano.

-Sí. Ahí está el Gran Acelerador de Partículas (LHC), de 27 km de circunferencia, donde se descubrió el bosón de Higgs. Lo que hace es acelerar protones, unas partículas en los núcleos de los átomos, a velocidades cercanas de la luz. Y se hacen colisionar donde están los detectores de partículas. Ahí se recrea el inicio del Universo, cómo empezó absolutamente todo.

-Usted ha trabajado en el CERN. ¿En el libro se parece a como es en realidad o se ha tomado algunas licencias?

-Hay un momento en el que los protagonistas van atrás en el tiempo y viajan al CERN precisamente cuando John Bell escribió su famoso teorema sobre los entrelazamientos cuánticos. Y allí la descripción de los despachos y oficinas se parece a cuando yo estaba trabajando en 2003.

-¿Introduce algún concepto de la física que antes no había tratado?

-En este libro se consolidan muchos de los conceptos tratados en los dos primeros, pero aquí introduzco la dilatación del tiempo y la contracción de longitudes, la constante de Planck, los agujeros de gusano... Profundizo más en el concepto espacio-tiempo y en el entrelazamiento.

-¿Cuál es el fenómeno cuántico que le ha dado más quebraderos de cabeza a la hora de explicarlo?

-En el segundo libro fue la decoherencia. Las partículas pueden estar en dos estados o dos sitios simultáneamente. Es el principio de superposición, utilizado por los ordenadores cuánticos. Pero estos estados cuánticos son muy débiles, cualquier interacción puede destruirlos. Entonces, cuando empiezan a interactuar con el entorno, se vuelven clásicos. Ese proceso es la decoherencia. Todavía no se conoce muy bien, por lo que es uno de los grandes retos de cualquier tecnología cuántica.

-¿Y cómo lo resolvió?

-Se me ocurrió contarlo en forma de leyenda con un príncipe clásico y un príncipe cuántico. Mi compañero de departamento en la universidad se tronchaba de risa. Pero en el tercer libro, lo más difícil ha sido abordar el concepto del tiempo, que es mucho más complejo de lo que parece. Todos decimos cosas como «el tiempo es oro», pero en realidad nadie sabe lo que es el tiempo.

-¿Cuál es el aspecto de la física cuántica que más le fascina?

-Uno de los más increíbles es el entrelazamiento. A partir del Big Bang se crearon todas las partículas y se entrelazaron. Por eso, que estemos separados es una percepción de nuestro cerebro porque, en realidad, todas las partículas del cosmos están entrelazadas. Me parece un concepto tan romántico y tan hermoso como dificil de comprender. Si fuéramos más conscientes de ello trataríamos mejor a los demás y al planeta en el que vivimos.

-Y todo esto lo cuenta con hadas y elfos.

-Es una de las partes más divertidas. Me siento haciendo gamberradas, jugando, siendo traviesa. Es un ejercicio de mucha creatividad.

-En realidad, no hacen falta hadas para que la física cuántica ya parezca una locura.

-Efectivamente. Todos los fenómenos son tan maravillosos como fantásticos. En cierto modo, juntarlos con la fantasía encaja como anillo al dedo.

El pequeño Apolo, que ha estado un poco enfermo, llora para llamar la atención de su madre mientras ella responde a las preguntas por teléfono.

-La maternidad se parece un poco al mundo cuántico, ¿verdad? Una debe llegar a dos sitios al mismo tiempo y hacer dos cosas a la vez que parecen imposibles.

-Completamente de acuerdo. Las madres pueden hacer un montón de cosas a la vez.

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