Los monos también se dan cuenta de su propia ignorancia
Los monos también se dan cuenta de su propia ignorancia - Alyssa Arre

Los monos también saben que no saben

No somos los únicos animales que nos percatamos de nuestra propia ignorancia

MADRID Actualizado: Guardar
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«Solo sé que no sé nada», es la frase atribuida a Sócrates. Los seres humanos somos conscientes de nuestra propia ignorancia, un ejercicio al que nos enfrentamos cada día, humildemente o no. Pero, ¿somos los únicos animales conscientes de nuestra propia falta de conocimientos? Un nuevo estudio realizado por investigadores de las universidades de Yale y Harvard muestra que los monos rhesus también reconocen de forma espontánea cuándo ignoran algo y necesitan buscar más información.

«La metacognición -la capacidad de pensar en nuestro propio pensamiento- ha sido considerada como un sello distintivo del ser humano», afirma Laurie Santos, psicóloga de Yale y autora principal del estudio publicado en la revista Psychological Science. «Todos sabemos la diferencia entre la sensación de saber algo a ciencia cierta y la sensación de no estar tan seguros.

Sabemos cuándo necesitamos buscar algo en Google», comenta con humor.

No nos ocurre solo a nosotros. Estudios anteriores han demostrado que los animales pueden reconocer cuándo sienten incertidumbre, pero esos resultados fueron obtenidos en un entorno experimental.

«Eso es diferente de lo que vemos en los seres humanos», dice Alexandra Rosati, bióloga evolutiva de la Universidad de Harvard y autora principal del estudio. «Queríamos saber si los monos podían participar en la metacognición en el acto cuando se enfrentan a un problema nuevo».

¿Dónde está la comida?

A Rosati y Santos se les ocurrió una ingeniosa manera de probar si los monos rhesus que viven en libertad saben espontáneamente cuándo necesitan más información. Dieron a los monos la oportunidad de buscar alimento colocado en uno de dos cilindros, dispuestos en una forma de V. Cuando los monos veían en qué cilindro entraba la comida, corrían rápidamente a ese lugar para recuperarla. Pero cuando los monos no estaban seguros de qué contenedor tenía la comida, corrían a la unión de los dos cilindros donde podían comprobar el contenido de ambos antes de dedicarse a buscar en un contenedor.

Estos resultados muestran que los monos utilizan espontáneamente información sobre sus propios estados de conocimiento cuando intentan averiguar cómo buscar la comida.

«Nuestra comprensión humana de cuándo necesitamos más información es un comportamiento tan omnipresente que nunca nos detenemos a pensar en ello», dice Santos. «Al circular por una nueva ciudad, sabemos la diferencia entre saber a dónde vamos y darnos cuenta de que necesitamos un mapa. Al considerar llevar un paraguas, ya sabemos que está lloviendo o que tenemos que mirar por la ventana. Nuestros resultados insinúan que los monos tienen la misma sensación de certeza y de incertidumbre ellos mismos, y que eso guía su comportamiento».

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