La superficie con cráteres del asteroide 21 Lutetia.
La superficie con cráteres del asteroide 21 Lutetia. - ESA

La historia escrita a golpes de los asteroides

Cada una de estas rocas ha recibido más de cien millones de impactos desde su formación

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Un estudio internacional, en el que participa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), revela que los asteroides sufrieron multitud de impactos desde su formación hace 4.565 millones de años. El trabajo ha sido publicado en la revista Astrophysical Journal.

Los científicos han reconstruido la historia de las colisiones a partir de un modelo físico que reproduce el proceso a lo largo del tiempo y compara los resultados con la información disponible sobre las condritas, asteroides no metálicos que representan casi el 90% de los que caen a la Tierra.

La distribución de tamaño de los objetos que componen el cinturón de asteroides, entre Marte y Júpiter, indica que cada uno de ellos ha recibido impactos de proyectiles de más de veinte centímetros al menos unos cien millones de veces, según los investigadores.

El resultado de esas colisiones son cráteres proporcionales tanto al diámetro como a la velocidad de esos proyectiles.

La información recopilada de las condritas ordinarias indica que estos proceden de asteroides pequeños que, con un diámetro inferior a pocos cientos de kilómetros, colisionaron y desprendieron esas rocas hace millones de años.

“Nuestro trabajo permite hacer predicciones fundamentales sobre el grado de procesado o el nivel de alteración por colisiones que han sufrido la inmensa mayoría de asteroides”, apunta Josep Maria Trigo, investigador del CSIC y del Institut d’Estudis Espacials de Catalunya en el Instituto de Ciencias del Espacio. “Además, explica el grado de alteración por choque que se aprecian en las condritas que llegan a la Tierra”, añade.

El modelo es Lutetia

El equipo de científicos de la universidad de Braunschweig (Alemania), que lidera la investigación, realizó varios experimentos para simular las colisiones.

“Estos han sido fundamentales para entender la física del proceso y para establecer los resultados de los impactos de proyectiles de tamaños y velocidades tan diversas como suceden en la naturaleza”, señala Trigo.

Gabriela Parisi, de la Universidad de La Plata (Argentina), ha implementado el modelo físico mediante una serie de algoritmos, que reproducen el proceso de impacto entre asteroides, hasta transcribir la historia de las colisiones.

El modelo representa las características externas del asteroide 21 Lutetia, determinadas durante un encuentro con la misión Rosetta de la Agencia Espacial Europea.

Este cuerpo rocoso es irregular y su eje mayor mide 121 km. Posee una superficie esculpida por grandes cráteres -uno de ellos de 55 km de diámetro- que son muestra indiscutible de numerosas colisiones ocurridas desde el inicio del sistema planetario.

El modelo publicado en este trabajo predice que, como resultado de la fragmentación por los impactos de grandes proyectiles, los asteroides poseen una capa superficial, llamada regolito, formada por materiales rocosos y minerales apilados.

El artículo cita la posibilidad de que buena parte de los asteroides no diferenciados que han llegado a la Tierra provengan de esta capa de materiales no consolidados.

Varias agencias espaciales plantean futuras misiones de exploración de asteroides para la captación de muestras de sus superficies. Las misiones Hayabusa 2, de la Agencia Japonesa de Exploración Espacial, y OSIRIS Rex, de la NASA, visitarán dos cuerpos rocosos primitivos y recogerán muestras que traerán de vuelta a la Tierra.

“Para recuperar y analizar muestras primarias representativas de los materiales que forman el disco protoplanetario habría que buscar asteroides de pocos kilómetros o cientos de metros con características homogéneas”, subraya el astrofísico Josep Maria Trigo.

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