El dramático origen de las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo

El nombre de la lluvia de estrellas tiene su origen en las tradiciones griega y católica

«Perseo liberando a Andrómeda», de Peter Paul Rubens

ABC Ciencia

La lluvia de estrellas de las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo vuelven a visitarnos este año. El fenómeno astronómico, que se produce cuando la Tierra atraviesa un campo de residuos dejado por la cola del cometa Swift-Tuttle, alcanzará su máxima actividad durante las madrugadas de hoy y mañana.

La combustión de estos restos, la mayoría pequeñas partículas similares a granos de arena, produce una estrella fugaz, un destello que dura menos de un segundo y que es lo que se ve desde la Tierra.

Esta es la explicación científica, pero las Perseidas tienen otras historias para explicar su origen, que aumentan más su peculiar encanto.

La más terrible proviene de la tradición cristiana. Las Perseidas también se conocen como Lágrimas de San Lorenzo, porque siempre ocurren apenas unos días después de la festividad que recuerda el martirio de este santo , el 10 de agosto.

Cuenta la tradición cristiana que San Lorenzo fue quemado vivo en una parrilla , en Roma. Se dice que en medio del martirio exclamó: «Dadme la vuelta, que por este lado ya estoy hecho». Sus lágrimas, reza la leyenda, son las «estrellas» que en las próximas noches caerán del cielo.

Perseo, el caballero nacido de una lluvia dorada

La tradición griega tiene una explicación quizás más romántica. La lluvia de estrellas recibe el nombre de Perseidas en honor la constelación de Perseo , el lugar desde el cual parecen provenir los meteoros, lo que se conoce como radiante.

¿Por qué? En la mitología griega, Perseo es el hijo de Zeus y la ninfa Dánae. Cuenta la historia que Zeus, enamorado de la bella ninfa, tuvo que metamorfosearse para poder entrar en la habitación donde estaba recluida su amada y engendrar a su futuro vástago. La forma que eligió el dios fue, precisamente, una lluvia dorada ...

Más tarde, cuando Perseo ya era adulto, un colérico Poseidón, rey de los mares, castigó la arrogancia de Casiopea, una reina etíope tan obsesionada con su belleza que se consideraba más hermosa que las Nereidas, las ninfas del mar. Así que envió a Ceto, un enloquecido monstruo marino, a castigarla y a sembrar la destrucción en toda Etiopía.

La reina, asustada, entregó a su hija para sacrificarla ante Ceto y restaurar el honor de Poseidón. Y así fue como una desnuda Andrómeda acabó encadenada a una roca .

En medio de un peligro terrible, parece ser que Andrómeda gritó hacia la mar y que llamó la atención de los pequeños y brillantes ojos de Perseo, que quedó enamorado al instante. Por eso, este caballero fue a rescatar a Andrómeda a lomos de un enorme caballo blanco.

Perseo regresaba de matar y cortarle la cabeza a la pérfida Medusa , la criatura capaz de petrificar con su mirada a cualquier osado. Como Perseo era un tipo muy pragmático, usó la cabeza de Medusa para convertir a Ceto en un coral, y así pudo salvar a Andrómeda y después casarse con ella.

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