El despegue perfecto del James Webb aumenta su vida útil a más de una década

La precisión del cohete europeo Ariane 5 y de las maniobras posteriores ha ahorrado el gasto de mucho combustible, lo que será clave en su futuro

Momento del lanzamiento del James Webb en el interior del cohete europeo Ariane 5 EFE/EPA/JM GUILLON/ESA

P. Biosca

Décadas de preparativos y exhaustivas pruebas han dado su fruto: el perfecto lanzamiento del James Webb ha favorecido el ahorro de combustible del nuevo telescopio espacial, lo que según la NASA ampliará su vida útil más allá de los diez años, el doble del mínimo previsto inicialmente. A mitad de su despliegue, que está marchando también según lo previsto, los ingenieros de la agencia aeroespacial estadounidense han calculado las existencias de propulsante, lo que determinará el tiempo que el observatorio podrá realizar su trabajo en la posición correcta (el famoso punto Langrange 2 L2 , a 1,5 millones de kilómetros de nosotros).

«El análisis muestra que se necesita menos propulsor de lo planeado originalmente para corregir la trayectoria de Webb hacia su órbita final alrededor del segundo punto de Lagrange, una zona de equilibrio gravitacional en el lado contrario de la Tierra con respecto del Sol» explica la NASA en un comunicado . «En consecuencia, Webb tendrá mucho más propulsor de lo que se estimó en un principio, si bien muchos factores podrían afectar en última instancia la duración de la operación de Webb».

Porque, al contrario que el Hubble que puede ser reubicado por misiones espaciales humanas, la lejanía del Webb provoca que tenga que ser autónomo para impulsarse hasta su posición exacta. Gracias a los cohetes a bordo, puede impulsarse hasta el punto justo de su órbita no solo durante el despliegue, sino en desvíos sucesivos que se produzcan durante su vida útil. Por ello, la cantidad restante de combustible que le quede será vital de ahora en adelante.

Este ahorro se debe en gran parte a la precisión del cohete -de fabricación europea- que transportó al telescopio espacial. El Ariane 5 modificado para poder albergar en su interior de apenas cinco metros de diámetro el observatorio plegado (y que en su posición final medirá como una cancha de tenis) cumplió a la perfección su cometido, «superando las expectativas». Y la precisión de la trayectoria de lanzamiento tuvo otra feliz consecuencia: el momento del despliegue de sus paneles solares, que debido a la buena posición del telescopio, pudieron hacerlo dos minutos antes de lo previsto, un minuto y medio después de la separación del Ariane 5 y el Webb. Por otro lado, también ha ayudado la precisión de las dos primeras maniobras de corrección de órbita.

A partir de ahora, todas las maniobras estarán controladas desde Tierra por personal humano, «por lo que el tiempo de implementación, o incluso su orden, puede cambiar», señalan desde la NASA, que ha habilitado una página web para que cualquiera pueda observar en tiempo real cómo está marchando el esperado despliegue del James Webb.

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