Antonio Baños, Eulàlia Reguant, Julià de Jodar, Isabel Vallet y David Fernández, de izquierda a derecha
Antonio Baños, Eulàlia Reguant, Julià de Jodar, Isabel Vallet y David Fernández, de izquierda a derecha - efe

La CUP y su «radicalismo infantil», en el diván

«Es un partido más atractivo por lo que hace que por lo que dice», manifestó Junqueras en el libro «Cop de CUP»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Antisistemas, radicales, alternativos... La Candidatura de Unidad Popular (CUP), formación determinante en la configuración de un Gobierno independentista, da pie a numerosos calificativos. Pero ¿cómo se define esta formación secesionista, que ha puesto a Artur Mas y sus expectativas de revalidar la presidencia de la Generalitat contra las cuerdas?

El libro «Cop de CUP» (Golpe de CUP), publicado en 2012 y escrito mano a mano por el carismático dirigente David Fernández y el diputado electo Julià de Jòdar (Ed. Columna), ofrece una radiografía de este movimiento a través de las reflexiones de distintos representantes del mundo político, social y cultural.

Entre ellos figura la historiadora y militante independentista Eva Serra, quien define a la CUP como activistas de un cierto "radicalismo infantil".

También interviene el sociólogo y miembro de la candidatura Junts pel Sí, Salvador Cardús, quien encuentra en la CUP la virtud de «incorporar un sector de ciudadanos que se suelen alejar de la política». Pero también un defecto: «Unas formas anti-institucionales que pueden contradecir su decisión de participar, y el valor y la seriedad de sus palabras». El ex líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira les define en el libro como la «gota malaya» por su trabajo persistente, mientras que el dirigente de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, les daba su bendición desde la cárcel. En agradecimiento y solidaridad, los tres diputados de la CUP exhibirían en el hemiciclo catalán el número de preso de Otegi. El actual presidente de ERC, Oriol Junqueras, cree que este movimiento «es más atractivo por lo que hace que por lo que dice».

En «A cop de CUP», el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, cree que este movimiento tiene un fuerte componente «antiestablishment» que le permite «recoger el desencanto o la decepción de otros partidos más establecidos, en especial de ERC». Para Dolors Camats, coordinadora de ICV -esta formación se presentó diluida en Catalunya Sí Que Es Pot en los comicios del 27-S-, la CUP es un proyecto político consolidado, pero les echa en cara que, en ocasiones, sean especialmente hostiles «con quienes tienen al lado en la pancarta». Todos coinciden en que su fuerza es eminentemente municipalista, pero eso es anterior a su puesta de largo parlamentaria.

Perfil del militante

Con una organización netamente asamblearia, la CUP se presenta como una formación que trabaja por unos «Países Catalanes» independientes, socialistas, ecológicamente sostenibles, territorialmente equilibrados y no patriarcales. Según una encuesta interna de la CUP, el perfil del militante es el de una persona de entre 29 y 46 años, casado o con pareja estable, perteneciente a la clase media, con estudios universitarios, que se define políticamente de izquierda y que trabaja por cuenta ajena. El 93% declara que su lengua habitual preferente es el catalán.

El embrión de la CUP se remonta a 1986, cuando nace la Assamblea Municipal de l’Esquerra Independentista (AMEI), apoyada por una serie de colectivos que de manera espontánea comienzan a llamarse Candidaturas o Colectivos de Unidad Popular, que progresivamente obtendrían representación en distintos ayuntamientos. hasta llegar a las elecciones municipales de 2011, donde obtuvieron 109 concejales y representación en algunas capitales de comarca como Gerona, Manresa, Vilanova i la Geltrú o Mataró. Al año siguiente darían el salto al Parlamento catalán, con tres diputados. El pasado domingo se cumplieron la expectativas de crecimiento y lograron 10 diputados.

Ver los comentarios