Emotivo homenaje a Doña Sofía en la proclamación de Don Felipe el 19 de junio de 2014
Emotivo homenaje a Doña Sofía en la proclamación de Don Felipe el 19 de junio de 2014 - Jaime García

Doña Sofía, una madre que disfruta con cada uno de los logros de su hijo

Tiene la vida llena con la Fundación Reina Sofía: «No basta con estar; hay que hacer. Lo principal en nuestra vida es el otro. Ese es el valor, no sólo en la Monarquía», afirma

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Hija, hermana, esposa y ahora madre de Rey, Doña Sofía es la persona más feliz del nuevo Reinado. A nivel personal, ella sigue haciendo casi lo mismo que siempre, aunque la mayoría de las veces sin fotógrafos y periodistas que captan cada una de sus salidas. Y es que las funciones de una madre de Rey o de una consorte de Rey -como era antes- no están definidas, por lo que Doña Sofía había inventado una forma de ser Reina consorte muy ajustada a su personalidad, de la que no puede desprenderse por el hecho de haberse convertido en madre de Monarca. La única diferencia es que ahora casi todo lo hace fuera de cámara, y así no eclipsa a su sucesora, Doña Letizia, a la que ha ido pasando el testigo en las distintas áreas a lo largo del último año.

Doña Sofía «no para», según indican sus colaboradores más estrechos. Y es que su fundación, la Reina Sofía, que creó en 1977 con un pequeño capital aportado por ella misma, es una fuente inagotable de trabajo para la Reina: mientras haya seres humanos en situación vulnerable (crisis económica, alzheimer, pobreza...), Doña Sofía estará ocupada. Aunque es difícil medir la productividad de una fundación, quizá las cifras ayuden a describirla: entre 2003 y 2014 destinó 48 millones de euros a los más necesitados.

Una cooperante inquieta

Pero, además, Doña Sofía es muy inquieta como cooperante y está en alerta de forma permanente. Por ejemplo, en cuanto conoció el alcance del terremoto de Nepal, la Reina llamó a la Agencia Española de Cooperación para ofrecerle ayuda de su fundación. Ella misma explicó a ABC que ésta es su forma de entender la vida: « No basta con estar, hay que hacer. Lo principal en nuestra vida es el otro. Ese es el valor, no sólo en la Monarquía. Cualquier familia puede tener ese valor».

Lo que sí ha variado en la vida de la Reina madre es su asistencia a actos institucionales. De hecho, en los 365 días transcurridos desde la abdicación de Don Juan Carlos, Doña Sofía sólo ha acudido a una treintena, frente a los 126 que presidió en el mismo periodo del año anterior.

Doña Sofía libera un lince el pasado abril en Toledo
Doña Sofía libera un lince el pasado abril en Toledo

Igual que Don Juan Carlos, Doña Sofía tiene que ceñirse a las normas adoptadas por Don Felipe para los miembros de la Familia Real, de manera que solo puede ejercer actividad institucional -la de la fundación lo es- y asistir a los actos que le encargue el Rey o el Gobierno. Es Don Felipe, por tanto, quien reparte las tareas entre su esposa y su madre. Pero hay un área que, de momento, sigue correspondiendo a Doña Sofía en exclusiva: la de la defensa de los animales. Será difícil encontrar a otro miembro de la Familia Real con más sensibilidad que ella en este terreno.

Un futuro incierto

Pero el motivo más profundo de la felicidad de la Reina madre es ver a su hijo proclamado Rey. Llevaba toda la vida soñando con este momento, desde que lo trajo al mundo, un 30 de enero de 1968, cuando el futuro de aquel Heredero aún era incierto, pues faltaban siete años para que se restaurara la Monarquía en España.

Entre alegrías y desvelos, Doña Sofía soñaba con ver a su hijo en el lugar que le correspondía por razones históricas y, en los momentos más duros de su vida, se aferraba a esa esperanza de contemplar el día en que Don Felipe fuera proclamado Rey.

Pero Doña Sofía también es consciente de que su hijo ha asumido la Corona en unos momentos especialmente delicados para España y también para la Monarquía. Por ello, al ver que «las cosas están saliendo bien», como ella misma comentaba hace unos meses y después han corroborado las encuestas, está doblemente satisfecha.