Turistificación de las coplas

En estos días en los que damos el banderazo de salida al concurso, solo me queda desear que las coplas sean las auténticas protagonistas del mismo. En este Cadiz nuestro, en el que cada vez es más palpable la invasión de usos y costumbres ajenas, en el que cada vez vemos nuestras calles y barrios más vacíos por el fenómeno conocido como «turistificación», solo nos queda un reducto que debe ser impenetrable, el de las tradiciones más genuinas de nuestra ciudad, el de la protección de ese patrimonio inmaterial que son las coplas de carnaval.

Cada vez nos da más miedo a los autores el hecho de tocar los temas llamados «localistas» por parte de la afición. Es decir, que poco a poco vamos abandonando los temas que afectan al día a día de nuestra ciudad. Incluso vamos abandonando meter en las coplas palabras y lugares de Cadiz tales como, «los cuarteles», «la cárcel vieja», «Lacave», «Zamacola»... y demás enclaves o noticias de la ciudad por el miedo a que nadie entienda ni media de lo que se canta. Mi primer deseo, así en frío, viene a pedir que impidamos lo que empiezo a ver como una turistificación masiva de las coplas de Cádiz… que sean otros los que se esfuercen en entenderlas, que ya bastante hacemos nosotros por entender lo que pasa en el mundo.

Al menos me aferro al clavo ardiendo de grupos como el cuarteto de Gago, la chirigota de Santander, los pasodobles de Don Antonio ( como el dedicado a los pabellones), y un corto etcétera de agrupaciones que van convirtiéndose en el reducto ante esta universalización del repertorio que se viene imponiendo desde hace ya unos años. No quiero dejar de tener un recuerdo para mi admirado Kiko Zamora, el cual siempre tuvo por bandera que los repertorios no estuvieran huérfanos de «coplas de Cadi»... si ya luego le buscamos las cosquillas a otros lugares del mundo, mejor que mejor, pero sobre todo y por encima de todo… evitemos la turistificación de las coplas.