Dispaurenia

Dispareunia es una palabra poco conocida, sin embargo, para quien lo padeceN es una auténtica pesadilla. Quizás sea más común su denominación como coitalgia y es el dolor durante el coito que, aunque es más común entre las mujeres, se puede producir también en hombres. Abarca desde un ligero escozor hasta un dolor profundo y hace que muchas personas sientan aversión ante el sexo y vivan las caricias y la intimidad como el preludio del dolor y no del placer.

Las causas pueden ser tanto físicas como psicológicas. En el caso de los varones, la causa principal suele ser una infección que afecta a la uretra, la próstata, las vesículas seminales o la vejiga. Puede producirse en el momento de la eyaculación y afectar a la parte externa del aparato genital o a la interna. Una curvatura anormal del pene, la fimosis, incluso algunas cremas espermicidas puede ser el origen de este dolor masculino.

En el caso de las mujeres, lo habitual es que el dolor sea interno, bien en la zona pélvica, bien en la pate interna de la vagina. Como en el caso de los hombres, la causa pueden ser los espermicidas, el uso de un jabón específico para el lavado vaginal o una infección. A menudo, la dispareunia tiene un difícil diagnóstico ya que a estas razones se suman los problemas ginecológicos como la endometriosis entre otros muchos.

Además de los aspectos físicos, los aspectos psicológicos también puede favorecer la aparición del dolor durante el coito . Las experiencias sexuales negativas o traumáticas, la falta de excitación durante la penetración o la situación emocional son algunas de las causas más comunes psicológicas. En cualquier caso, el dolor refuerza esa experiencia negativa favoreciendo que vuelva a suceder.

Sea cual sea la razón, la consulta con el médico debe ser el primer paso para afrontar este problema que complica las relaciones sexuales de muchas personas. No hay que dejarlo pasar. La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia cifran en el 12% de la población femenina el número de mujeres que la sufren aunque, por ser un tema todavía tabú, consideran que el número debe ser mayor.

Historia clínica: saber cuándo comenzó el dolor, si se produce en todas las relaciones sexuales o no, en qué posturas se produce más… Historial quirúrgico, de partos y demás detalles que serán solicitados por el médico para hacer un estudio del dolor.

Revisión médica: para observar signos físicos, posibles problemas anatómicos, del os músculos pélvicos o reacciones de la piel. En el caso de las mujeres también pueden sentir dolor durante el examen pélvico por lo que hay que informar al médico que realiza la revisión. Es decir, si duele, tampoco en este caso hay que dejarlo pasar.

Sexólogo: Además de los especialistas para descartar infecciones, patologías o problemas anatómicos, el asesoramiento de una persona especialista en sexología ayudará a mejorar la salud sexual del paciente tanto por las causas psicológicas como en las físicas.