Los 88 peldaños de la gente feliz

Peldaño 33: «No has venido a este mundo a amoldarlo a tu antojo»

En este capítulo 33 de «Los 88 peldaños de la gente feliz» te explico cómo debemos entregarnos a aquellas cosas que están fuera de nuestro control

Aceptar es tomar el deseo de tu ego por controlar Unsplash
Anxo Pérez

Anxo Pérez

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Mira qué forma más sencilla de detectar si es o no tu ego el que acaba de entrar en tu «coche» y tiene la intención de tomar el volante.

— ¿Te molesta?

— Sí.

— Entonces es ego.

Y si es ego, entiende que ego = sufrimiento . Cada vez que algo te molesta (te altera, te perturba), es resultado de la actuación de tu ego, incluso si es solamente permitir que te cambie el semblante porque alguien acaba de darte un pisotón descuidadamente y no te ha pedido disculpas. El hecho de saber que incluso un malestar procedente de una situación tan intrascendente es causado por el ego, o sea, procede de tu Bolsa Negra, te ayudará a dar el primer paso para combatirlo. Este paso es del Peldaño anterior. Es la frase mágica que te permite identificarlo: «He detectado que mi ego tiene hambre...» . Esta frase te permitirá elevar tu nivel de consciencia sobre cómo actúa, y te ayudará a desenmascararlo. ¿Y qué hacer después? Dar el segundo paso: el de entregarlo.

Si toda acción del ego pasa por rechazar algo incontrolable que la vida pone en tu camino en lugar de aceptarlo, entonces ese rechazo a su vez es fruto del deseo de que esa realidad no sea como es, o sea, el deseo de controlar lo incontrolable. Eso es justo lo que hay que entregar. En cuanto entregas el deseo de controlar o cambiar aquello que no te gusta y te molesta y que no puedes controlar, como por ejemplo un reto que la vida te pone, el tipo de clima que hace hoy o el comportamiento de otro ser humano, no consigues que la situación cambie, pero sí que deje de molestarte, ya que lo que te dolía no era el hecho en sí, sino el deseo de cambiarlo. Entregar el deseo (dejarlo ir, soltarlo) elimina el sufrimiento.

— Y si se trata de un revés muy grande, ¿también funciona?

Sí. Funciona siempre, pero requerirá mayor aplicación por tu parte. Si se trata de un gran revés de enorme impacto para ti, no es que la fórmula deje de funcionar, es que el grado de evolución que requiere la entrega por tu parte es mayor. Yo te animo a que pruebes la fórmula, entregando todo aquello que te causa malestar y te frustra y que ves que es algo que no puedes cambiar. Empieza por situaciones menores, y verás que funciona de manera aparentemente milagrosa.

Detectas que tu ego tiene hambre de decir a tu grupo de amigas que una de ellas, no presente, te cae mal, y detallar los motivos (no desde la Bolsa Blanca sino desde el juicio). Entrégalo.

Detectas que tu ego tiene hambre de sentir temor ante un examen importante y no te permite dormir por las noches. Has estudiado todo lo posible, pero tu Bolsa Negra (ego) exige que el resultado sea el que tú determines y no el que un jurado estipule. Entrégalo.

Detectas que tu ego (Bolsa Negra) tiene hambre de revancha cuando te encuentras una nota de tu vecino en la puerta porque había un par de pelos de tu perro en el pasillo. Entrégalo.

¿Cómo?

Simplemente reconociendo que no has venido a este mundo a amoldarlo a tu antojo , ni a aleccionar a las personas para que todas se comporten según un criterio que tú consideras superior, sino a aceptar todo aquello que tú no puedes (ni debes) cambiar. Aceptar es tomar el deseo de tu ego por controlar para, luego, observar ese deseo y decirte a ti mismo: Lo entrego.

«Voy a entregar mi deseo de tener razón, manteniéndome en paz sin querer demostrarle al otro que no tiene razón».

«Voy a entregar mi deseo de alterarme cuando alguien critica (injustamente o no) mi trabajo, manteniéndome en paz mientras escucho esas críticas».

«Voy a entregar mi deseo de rebelarme contra un revés de la vida, contra una pérdida, contra una provocación, contra una injusticia que no puedo controlar».

«Voy a entregar mi deseo de demostrar que soy listo, que soy bueno en algo, que soy el mejor, que soy más que otro… mi deseo de sentirme superior».

Vivir con el deseo de cambiarlo todo (el clima, las circunstancias, los resultados que no dependen de ti, los comportamientos ajenos...) resulta tremendamente agotador. Entrega el deseo. Y sentirás que entregarlo... libera.

#88PeldañosGenteFeliz

«Si quieres que la lluvia pierda su fuerza, mójate»

@Anxo

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