Por qué cuando hay que hacer algo importante perdemos el tiempo con tonterías

La psicóloga Inés Santos, del equipo de 'En equilibrio mental', explica en qué consiste la Ley del Parkinson de la Trivialidad, que es la que nos lleva a caer en este fenómeno

Inés Santos

Es curioso que, a veces, cuando tenemos una tarea importante que hacer nos entretenemos con cosas insignificantes. Damos vueltas y vueltas a los asuntos más fáciles y a los difíciles les dedicamos una porción de tiempo mínima. Esto nos pasa a todos y puede incluso pasar a menudo, hasta tal punto que en 1957 Cyril Northcote Parkinson definió esta tendencia, humana e inevitable, como La Ley del Parkinson de la Trivialidad .

«El tiempo que dedicamos a la tarea es inversamente proporcional a la complejidad de la misma»

Inés Santos

Psicóloga

Tendemos a marearnos con los aspectos más triviales porque nos sentimos más competentes y eficaces haciendo cosas fáciles, las difíciles nos incomodan más, obviamente. El problema es que al final eso nos lleva a literalmente perder el tiempo y después a estresarnos porque lo verdaderamente importante no lo hemos resuelto. De hecho, el tiempo que dedicamos a la tarea es inversamente proporcional a la complejidad de la misma.

Es algo que nos ocurre en nuestro día a día continuamente pero todavía es mucho más frecuente cuando tenemos que debatir y tomar decisiones en grupo. Para explicarlo Parkinson lo ejemplificaba a través de la diferencia entre tener que decidir en una empresa sobre cómo debe ser el diseño de un reactor nuclear o decidir cuál debe ser el diseño de un aparcamiento de bicicletas (también se denomina a esta tendencia 'bikeshedding').

Para poder debatir sobre un reactor nuclear se necesita mucho conocimiento técnico , es un tema complicado y es cierto que cualquier persona no puede hablar sobre ello, incluso si estás especializado genera mucha más sensación de inseguridad ya que las repercusiones de una mala decisión serán peores. Por lo tanto, tenderemos a pasar el tema de puntillas lo más rápido posible. Ahora bien, discutir sobre cómo tiene que ser un aparcamiento de bicicletas es más fácil, todos tenemos algo que aportar, y todos queremos sentir que nuestra opinión es escuchada y buscar el refuerzo social. Podremos divagar y divagar indefinidamente sobre el tema por muy insignificante que sea.

Algunos trucos para evitar esta tendencia es hacer una buena agenda con las tareas que tenemos que hacer o los asuntos que hay que debatir en grupo por orden de importancia . También resultará práctico marcar el tiempo que dedicaremos a cada punto y utilizar alarmas.

Otro truco útil es que haya alguien que recoja las ideas principales y que las resuma para favorecer que fluya la información y para evitar prolongar la toma de decisiones.

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