¿Cómo te tratas y cómo hablas a los demás? Tu respuesta influye en tu autoestima

La responsabilidad afectiva consiste en cuidarte, protegerte y respetarte a ti mismo y también a las personas con las que tengas una relación

Te interesa: Cómo identificar a las personas que destruyen tu autoestima

Las forma en la que te hablas y en la que hablas a los demás influye en tu forma de estar en la vida.
Ana Belén Medialdea

Ana Belén Medialdea

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Me gustaría comenzar este artículo haciéndote una pregunta: ¿Cómo consideras que tratas a los demás? ¿Los tratas como te gustaría que te tratasen a ti? ¿Sueles exigir o poner expectativas sobre cómo deberían o no comportarse contigo? Te invito a que lo pienses durante unos minutos porque para entender qué es la responsabilidad afectiva , necesitamos conectar con la empatía y ponernos en el lugar del otro.

Ahora bien, ya que estamos reflexionando, me gustaría hacerte otra pregunta: ¿Cómo te tratas a ti? ¿sueles hacerte responsable de tus emociones? ¿sueles hablar de lo que sientes y necesitas o esperas a que sean los demás los que lo interpreten o lo descubran?

Antes de decirte por qué te he pedido que pienses en esto último voy a definirte de una forma sencilla en qué consiste el término de responsabilidad afectiva . Un concepto del que últimamente se está hablando mucho. La responsabilidad afectiva consiste en cuidarte, protegerte y respetarte a ti mismo y también a las personas con las que tengas una relación. Muchas personas creen que sirve solamente para las parejas, pero realmente no es así, es importante cultivarla en cualquier tipo de relación o vínculo que tengamos (familia, amigos, jefes, hijos, compañeros…) ya que, en cualquier relación, es importante respetarnos a nosotros mismos y asumir la responsabilidad de nuestros actos o decisiones , al igual que debemos hacerlo con los demás.

¿Por qué te he preguntado por cómo te tratas a ti y si te haces responsable de tus emociones o le das la responsabilidad a los demás? Porque, aunque es muy importante entender que las relaciones van más allá de uno mismo, debemos tener muy presente qué es lo que estamos sintiendo y necesitando para responsabilizarnos de ello y ver de qué manera podemos resolver nuestra necesidad .

«La responsabilidad sobre uno mismo es uno de los pilares fundamenta­les de nuestra autoestima»

Por este motivo, es muy importante que puedas comenzar a tomar conciencia de qué sientes y qué necesitas porque seguramente que podrás darte cuenta de que hay emociones que están apareciendo porque no estás haciéndote cargo de ti. Esto es necesario reflexionarlo para evitar darle esa responsabilidad a los demás. Hay cosas que solamente dependen de ti.

Lo que te impode ser responsable afectivamente contigo mismo

Te voy a poner cuatro ejemplos de cómo no ser responsable afectivamente contigo mismo, allá vamos: ¿qué no te ayuda a tener responsabilidad afectiva contigo?

1. Priorizar las necesidades de los demás antes que las tuyas . Hay personas que se rompen para salvar a otros, esto no sería ser responsable afectivo contigo, ni con los demás. Esto es un crimen hacia tu persona. Atender a las necesidades de los demás nunca debe significar renunciar a tu autocuidado o descuidarte. Es muy importante encontrar el equilibrio para cuidar a los demás sin desprotegernos a nosotros mismos.

2. Culpabilizar a los demás por cómo nos sentimos . «Por tu culpa me estoy sintiendo así «Haces que constantemente me enfade y me sienta mal por todo lo que hago», «¡Con todo lo que yo he hecho por ti y así́ me lo pagas!», «¡Qué decepcionada estoy, esperaba otra reacción por tu parte.» La otra persona no tiene la culpa de que tú hayas generado tantas expectativas y que no pueda llegar a lo que tú esperas. Los demás son libres de elegir lo que les apetece, quieren y necesitan hacer. Esto nos puede gustar más o nos puede gustar me­ nos, pero la realidad es que cuando generamos expectativas sobre cómo deberían ser, cómo se deberían comportar o qué deberían hacer, es­ tamos generando un concepto que tiene que ver más con nuestra percepción y con nuestra realidad que con la suya. La otra persona está en su derecho de no responder como esperamos de ella porque es libre, tiene derecho a elegir y decidir qué quiere hacer para sí mis­ ma. Los demás no están en esta vida para ser como nosotros que­ remos que sean.

3. No pedir ayuda ni hablar de lo que necesitas . «Ya deberían saber que esto no me gusta», «me están viendo agobiada y ni me preguntan si necesito ayuda o algo»... Cuando usamos este tipo de expresiones o comenzamos a pen­sar en esto, estamos poniendo fuera la responsabilidad de cubrir nuestra necesidad. Estas dando por hecho que otra persona sabe lo que tú necesitas y que no te lo da, y esto no tiene por qué ser así. Si no hemos verbalizado exactamente lo que queremos o necesitamos, la otra persona no tiene por qué saberlo. Esperar que los demás adivinen lo que nos ocurre o lo que necesitamos nos hace dependientes de los demás, y esto es muy poco saludable para nosotros. Pedir ayuda es algo que tiene que salir de ti, los demás no pueden adivi­narte.

4. Suponer y no preguntar . Es otra de las cosas que nos impiden asumir nuestra responsabilidad. Cuando suponemos, elaboramos una anticipación sobre algo que está basado en nuestro miedo. Ese mismo miedo al rechazo , a no agradar, a no estar a la altura, a no saber o no controlar... hace que, en muchas ocasiones, estemos más pendientes de la otra perso­na que de cubrir nuestra necesidad. Hacernos responsables de no­sotros mismos también significa hacer todo lo posible por no irnos a dormir con dudas que nosotros, en primera persona, podemos resolver. Si tienes la necesidad de saber qué es lo que te ha querido decir exactamente tu jefe, la persona que te gusta o tu amigo, más que darle rienda suelta a tu fantasía anticipatoria y suponer, necesi­tas preguntar.

Cómo ser afectivamente responsable con los demás

Ahora que ya sabes qué es lo que no te ayuda a ser responsable afectivo contigo mismo, voy a contarte algunas cosas que necesitas tener en cuenta para ser responsable afectivamente con los demás:

1. Valida emocionalmente : Si tu pareja, tu hijo, tu amigo, familiar, jefe, compañero… están sincerándose contigo, te están hablando de cómo se están sintiendo evita invalidarles emocionalmente. ¿Qué significa invalidar emocionalmente a alguien? Castigarlo por lo que te ha dicho, juzgarlo, ignorarlo, criticarlo, no escucharlo, decirle lo que debería o no debería de estar sintiendo… En vez de hacer esto, trata de ponerte en su lugar, empatiza con él o con ella. Evita tomártelo como algo personal. Cuando alguien nos comparte su sentir, lo que ellos sienten no tienen que ver con nosotros, tiene que ver con lo que ellos sienten.

2. Fomenta la comunicación : Para construir relaciones sanas necesitamos comunicación. A veces, por el miedo a generar un conflicto evitamos expresar lo que necesitamos y comunicarnos con nuestras parejas o con cualquier otra persona con la que tengamos un cierto vínculo. Ante los conflictos, debemos hacer frente, no con violencia verbal, todo lo contrario, con empatía y teniendo en cuenta que, cualquier relación sana crece a base de conversaciones que, a veces, son incómodas.

3. Establece límites : Los límites son los que nos ayudan a trazar una línea entre lo que permitimos y lo que no. Decir no, rechazar planes o propuestas de forma asertiva es necesario para tener relaciones sanas donde somos responsables afectivamente.

Si te apetece leer más sobre autoestima y cómo fomentar una relación sana contigo o con los demás, te invito a leer mi libro: ' Las 5 estaciones de la autoestima '.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación