Psicología

Cómo organizar tu horario para que el exceso de tareas no te agobie

El problema que encontramos a menudo es que el horario que nos marcamos no cumple ciertas características básicas necesarias que lo convierten en efectivo y nos provoca estrés y ansiedad

Los beneficios de seguir un horario. Adobe stock
Melissa González

Melissa González

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Con total seguridad será muy emocionante no saber qué te va a deparar un día laboral, pero nada comparable con almacenar tropecientos 'post it' en la mesa, junto al ordenador, en la nevera y en cualquier lugar donde sabes que los vas a mirar y te van a recordar aquella tarea de la que esperas no olvidarte. Igualmente, todos los que adoran planear su día a día cuentan con una agenda en la que apuntan absolutamente todo, no por miedo a no recordar una reunión o una llamada sino para organizar mejor las 24 horas con las que cuentan cada día .

«De tal hora a tal hora tengo reunión, después me sobra media hora que es la que voy a emplear para revisar el mail, luego entrevista, más tarde elaboro tal asunto...», así un largo etcétera de «planes» principalmente laborales que muchas personas estructuran de tal forma que esperan cumplir con todo. Lejos de estresarnos, nos ayudará a organizarnos mejor.

«En un horario hay que tener en cuenta los descansos y no saturar todo nuestro tiempo con tareas laborales».

Elena Capelo

Psicóloga general sanitaria

Seguir un horario es una herramienta muy buena para lograr las metas que nos marcamos , ya sea en el trabajo, en casa o en nuestro tiempo libre. El problema que encontramos a menudo es que el horario marcado no cumple ciertas características básicas necesarias que lo conviertan en efectivo, y en estos casos, alerta Elena Capelo Montalvo, psicóloga general sanitaria del centro psicológico Cepsim , el horario acaba siendo « una fuente de estrés y frustración » ya que no estamos cumpliendo lo que nosotros mismos nos hemos marcado.

Para cumplirlo

Para poder realizar un horario útil adaptado a nuestros objetivos, la experta indica que tiene que tener en cuenta, primeramente, nuestra capacidad de trabajar : «No todo el mundo es igual de productivo ni trabajamos igual a todas las horas del día. Requiere que seamos conscientes de cómo es nuestro rendimiento para poder aprovechar los momentos en los que nuestra atención y concentración es más óptima».

Ser realistas con el tiempo que adjudicamos a cada tarea es también imprescindible para «no fallar» puesto que si lo infravaloramos podemos retrasar el resto de tareas, provocando mucha frustración, enfado y estrés. «Es fundamental también tener en cuenta los descansos y no saturar todo nuestro tiempo con tareas laborales, sino también estructurar en el horario tiempo para descansos y ocio necesarios para mejorar la productividad», concluye.

Dado que vivimos en un mundo en el que las horas del reloj marcan nuestro ritmo y en vez de tratar de disfrutar del tiempo procuramos hacer de los minutos horas (para que nos cunda más el día), si somos amables con los tiempos establecidos para cada tarea, no tendríamos por qué provocarnos un estrés dañino. Eso sí, recuerda que unos niveles leves y moderados de estrés no mantenidos en exceso son buenos y necesarios para trabajar.

En resumen, lo ideal sería asignar tiempos realistas, incluso con un pequeño margen para salvar los imprevistos que nos podamos encontrar. «Olvidarnos de la hora puede ser más adecuado en el tiempo de ocio o actividades lúdicas, nos ayudará a conectar con lo que está pasando en ese momento y a disfrutar ese tiempo», manifiesta Elena Capelo.

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