Black Friday: consejos para evitar caer en la trampa

La publicidad pretende cambiar tu evaluación crítica hacia un producto y hacerlo más deseable

Adobe Stock / Vídeo: Arranca la semana de los grandes descuentos que culminará con el 'Black Friday' - ATLAS
Sandra Palacios

Sandra Palacios

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El Black Friday es una oportunidad para encontrar las mejores ofertas de aquellos productos que necesitamos y de darnos algún que otro capricho. En ocasiones, el impacto cada vez más intenso y prolongado de los descuentos en esta época del año deriva en comprar más de la cuenta o adquirir artículos que en realidad no precisamos.

Aunque este es un comportamiento habitual en la sociedad en la que vivimos, Alba Fernández, psicóloga de Emotium, explica que hay personas que tienden más a una compra descontrolada : individuos impulsivos, con poco autocontrol y con baja capacidad de planificación, que buscan placer de forma inmediata, más centrados en el corto plazo que en el medio o largo.

Si buscamos en Internet 'Black Friday', la mayoría de los resultados se centran en consejos para aprovechar al máximo las ofertas o los productos que están más rebajados, pero no encontramos nada en ese primer vistazo sobre sus peligros. Giulia de Benito, psicóloga y directora de la Unidad de Psicología General del Instituto Centta, opina que se sigue priorizando la necesidad de vender en lugar de la forma responsable de hacerlo , la cual depende en exclusiva del individuo. «No todos tenemos las herramientas suficientes para hacerlo y proteger nuestra salud mental», añade.

Por este motivo, comparte con ABC Bienestar un plan para que podamos comprar solo aquello que de verdad necesitamos durante el Black Friday.

La publicidad –expone de Benito– pretende cambiar nuestra evaluación crítica hacia un producto y hacerlo más deseable. «Los anuncios y carteles con las palabras 'oferta' y 'descuento' llaman nuestra atención, nos ponen en alerta, ya que estimulan las áreas del cerebro relacionadas con el placer inmediato y de recompensa a corto plazo ». Además, ver que otros están 'aprovechando' las gangas y nosotros no, nos puede hacer sentir excluidos de lo que percibimos como una gran oportunidad.

Fernández manifiesta que esto es una forma de evitar solucionar los problemas y utilizar las compras como refuerzo inmediato, pues es una forma de evadirse de las emociones negativas . El problema es que puede generar otras dificultades a largo plazo como problemas económicos o sentimientos de culpa. «Este sentimiento de culpa retroalimenta el malestar, por lo que aumenta la probabilidad de que se vuelva a buscar esa felicidad en la compra de productos, poniendo en marcha un círculo del que no es fácil salir», señala.

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