Grooming

El término « grooming » se utiliza para describir la práctica delictiva en internet de ciertos adultos con objeto de ganarse la confianza de un menor fingiendo sentimientos como la empatía o el cariño con fines de satisfacción sexual o para obtener fotografías eróticas o pornográficas del menor o incluso para propiciar un encuentro con él.

El término ya se ha popularizado a pesar de que su traducción literal (del inglés «grooming») viene de «groom» que es acicalar. De hecho, desde la Fundéu aconsejan usar términos más adecuados al significado como «engaño pederasta por internet» o « ciberengaño pederasta ». Se diferencia del «ciberacoso» en que en este caso el acosador es un adulto, la víctima es un menor y existe una clara intención sexual.

Este problema ya ha puesto en guardia a las administraciones, los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado y las asociaciones que protegen los derechos de los menores. Sin embargo, existen dificultades para acabar con esta práctica debido a varios factores: el anonimato de los delincuentes, la inocencia de los menores y la fácil accesibilidad de Internet.

Este tipo de procesos suele durar semanas o incluso meses, pero los expertos afirman que, en líneas generales, se suele dar un proceso similar. En primer lugar el adulto intenta crear lazos emocionales (de amistad) con el menor (en algunos casos incluso simula ser otro niño o niña). Poco a poco el adulto obtiene datos personales y de contacto del menor. Después, usando tácticas como la seducción, la provocación y el envío de imágenes eróticas consigue que el menor se desnude o realice actos de naturaleza sexual. Es entonces cuando se inicia el acoso , pues se chantajea a la víctima para conseguir más material erótico o pornográfico y tener un encuentro físico con el menor para abusar sexualmente de él.