Ciclotimia

Este trastorno se caracteriza por la aparición periodos de depresión y euforia leves, pero la persona afectada no percibe sus cambios de humor

Se caracteriza por una inestabilidad permanente del estado de ánimo

ABC Bienestar

Las personas que sufren ciclotimia sufren periodos de depresión y euforia leves (hipomanía) y no suelen darse cuenta de sus oscilaciones de humor . Además, el hecho de que perciban como agradables los periodos eufóricos hace que no sea habitual que busquen ayuda psicológica.

En general la ciclotimia (o el trastorno ciclotímico) se caracteriza por una inestabilidad persistente del estado de ánimo. Si bien es cierto que la persona que lo sufre puede mostrar durante varios meses un estado de ánimo normal.

La fase de euforia se presenta de forma habitual como hipomanía (manía leve). En ella se vive un estado de ánimo elevado, exitación y también hiperactividad. Lo habitual es que esa persona tena menos necesidad de dormir y de descansar y se muestre lleno de energía.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de esta patología se da si los síntomas persisten durante al menos dos años (en el caso de los adultos). En el caso de los niños y los adolescentes, se diagnostica si los síntomas se producen, como mínimo, durante un año.

En cuanto al tratamiento , la terapia psicológica está indicada para estabilizar los hábitos diarios y buscar su regularidad y equilibrio. No mejora por sí sola, sin tratamiento, y puede evolucionar hacia una forma más grave, el trastorno bipolar. Un 30% de las personas con trastorno ciclotímico pueden llegar a padecer un trastorno bipolar tipo I o tipo II.

Síntomas de la fase de euforia

  • Menor necesidad de dormir y aumento de la actividad física y sexual

  • Agitación, comportamientos de riesgo y energía intensa

  • Grandiosidad, verborrea, aceleración del pensamiento y falta de juicio

  • Gastos excesivos y deseo de éxito

  • Optimismo extremo

Síntomas de la fase de depresión leve

  • Melancolía, tristeza y ansiedad

  • Sentimientos de culpa

  • Cansancio, falta de motivación y pérdida de interés sobre lo que habitualmente le gusta

  • Irritabilidad y falta de concentración

  • Disminuye el deseo sexual y come de más o de menos

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