Si toda tu actividad física es un deporte, te la estás jugando

Con el paso de los años, la práctica esporádica de un deporte sin ninguna preparación física para ello aumenta el riesgo de sufrir una lesión

Así influye el ejercicio físico en la gestión del estrés

Alfonso M. Arce

Alfonso M. Arce

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Cualquier actividad física es positiva. Combatir el sedentarismo es una cuestión de salud, no de estética. Muchas personas se dan por satisfechas cuando sienten que han cumplido caminando 10.000 pasos, aunque no sea suficiente , o acudiendo a ese partidito de fútbol, de baloncesto o de pádel con compañeros de trabajo o amigos de la juventud. La práctica de un deporte tiene la enorme ventaja de conseguir que el ejercicio sea divertido, más todavía si es en compañía. Pero empieza a ser mucho más frecuente de lo que debería el encontrarnos con personas que se lesionan, con más o menos gravedad, en esa ‘pachanguita de los jueves’ que tu cuerpo admitía mucho mejor con veinte años que con cuarenta. Hay que poner en duda si estamos consiguiendo una mejora global de nuestra salud mediante esta práctica de un deporte o si, con el paso de los años, disminuye la diversión y aumenta el riesgo. Cualquier contratiempo en forma de lesión puede acabar en el casi total abandono de cualquier actividad física. Más pronto que tarde.

Siendo autocríticos es una realidad que ese partido en el que nos sentimos por unos instantes como una estrella del deporte, más bien nos está haciendo daño, porque nuestro estado de forma física no está preparado para hacer un sprint, un cambio de dirección o estirarnos para alcanzar una bola difícil. Desde un punto de vista de salud, el entrenamiento enfocado a una mejora global es más sano que practicar un deporte concreto.

Sentirnos el nuevo Gasol después de llevar varias semanas sin despegarnos de la silla y el ordenador, no es buena idea. Cuidado con esos partiditos informales con amigos. Foto Unsplash

Deporte vs ejercicio ¿Qué es mejor?

No necesita mucha explicación está claro que lo óptimo es la combinar el ejercicio físico y la práctica deportiva, pero vamos a imaginar qué ocurriría en un hipotético 'versus' tomando como referencia algunos indicadores de rendimiento y composición corporal tales como fuerza, tamaño, porcentaje de grasa, flexibilidad y resistencia. Supongamos que un varón de 40 años se ha impuesto

un plan de entrenamiento cuyo objetivo es perseguir una salud de hierro destacando en prácticamente todos los indicadores antes expuestos. Esta persona imaginaria levanta 120 kilos en sentadilla , 90 kilos en press de banca , 150 kilos en peso muerto , corre 5 kilómetros en veinticuatro minutos y puede presumir de tener una flexibilidad y movilidad fantásticas. Podríamos decir que tiene una forma física envidiable.

Supongamos que esta misma persona entra en el típico bucle del 'y qué tal si fuerzo un poco más' y se decide por empezar a competir en halterofilia, o a prepararse para hacer una buena marca en una maratón. ¿Piensas que al dar ese paso hacia un deporte le permitiría conservar un estado de forma global tan equilibrado? ¿Y si le añadimos que ese deporte solo lo practique los fines de semana o esporádicamente?

Dedicarse a un deporte a nivel competitivo implica una especialización máxima que, salvo casos muy puntuales como podría ser un decatlón, está asociada a mejoras concretas en detrimento de otras. La diferencia entre el deporte profesional y el amateur es que el deportista profesional planifica y ordena toda su actividad física para que su cuerpo esté preparado para responder a las exigencias de su disciplina. Pasar la semana frente al ordenador y ‘darlo todo’ en un partido de tenis el domingo tendrá pocas ganancias a nivel

físico, salvo el hecho de concienciarnos de que necesitamos hacer algo más de ejercicio viendo lo mal que lo hacemos. No hay que coger el rábano por las hojas, por supuesto que entrenar duro en un deporte siempre será mejor que quedarse en un sillón devorando comida basura, pero es una obviedad que no lo justifica como la opción más saludable.

El indudable beneficio mental y físico de practicar deporte no debe llevarnos a pensar que tenemos todos los deberes hechos en lo que a salud se refiere. Si el motivo principal por el que haces ejercicio es tu salud, olvida todo ese contenido que viaja por Internet y te reta a correr una maratón, a levantar enormes pesos o a imitiar a Rafa Nadal. Tu entrenamiento no es menos importante o menos efectivo por el hecho de que no rompa ningún récord o gane un partido. La parte menos apetecible del entrenamiento enfocado a mejorar tu salud es que siempre será más aburrido que practicar un deporte con amigos, pero merece la pena intentarlo.

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