Cuidados

Esta es la forma en la que el miedo afecta a nuestra piel

La piel es el órgano que refleja de manera más inmediata el pánico, con diversas reacciones

La 'piel de gallina' es una de las reacciones más comunes de la piel ante el miedo Adobe Stock

M.A

Cuando sentimos miedo , pasan muchas cosas en nuestro cuerpo: podemos sentir como si el estómago tuviera piedras dentro, tenemos tantos nervios que no sabemos ni dónde estamos, e incluso empezamos a sudar sin que podamos controlarlo.

La piel es uno de los órganos que antes 'nos avisa' de que tenemos miedo. Explica la dermatóloga y profesora universitaria Ana Molina que la piel siente el miedo y todo lo que nos sucede ante una situación de peligro . «Cuando tenemos miedo nuestra piel reacciona con una 'piloerección'. Y es que, ante una situación de peligro, se produce la contracción involuntaria de los músculos piloerectores del pelo, unos pequeños músculos que acompañan a cada folículo piloso y que provocan que el vello se erice», relata la profesional. Añade, como curiosidad, que aunque solemos relacional este fenómeno, la 'piel de gallina' , con los brazos, sucede en realidad en todas las partes de nuestro cuerpo que están cubiertas por vello, que es todo menos las palmas y plantas. «Aunque no lo veamos, hasta nos pasa en la cara», puntualiza.

Miedo real e imaginario

Más allá de la 'piel de gallina', otra reacción común de nuestro cuerpo al miedo es la del sudor frío . Si tenemos miedo, comenta Ana Molina, nuestro cuerpo de prepara como si fuéramos a sufrir una agresión, y por ello está en estado de huir y luchar. Hay un miedo real, adaptativo, el que llamamos miedo útil y que necesitamos para vivir: es ese más de tipo físico, en el que realmente necesitamos llevar sangre a los músculos «ara salir pitando». El problema es que nuestro cuerpo reacciona igual ante un miedo real y uno imaginario . «Aunque no sea un miedo real, igualmente la mente pone en marcha toda esta serie de síntomas físicos, así que sudamos, pero nos quedamos quietos y esto hace que nos quedemos 'fríos'; aunque al principio sintamos calor en nuestra piel, luego esta se quede fría, ya que la función de la sudoración es la de termorregular», apunta la dermatóloga.

Además, una sensación muy común cuando se tiene miedo es la de sentir un hormigueo o entumecimiento de los miembros de nuestro cuerpo. Este fenómenos, que se denomina parestesia, se caracteriza por una especie de adormecimiento o acorchamiento en cualquier parte del cuerpo , pero sobre todo en las manos, en los pies, en los brazos y en las piernas. «Normalmente se deben a la compresión o daño completo de algún nervio, por eso los experimentamos de forma temporal cuando alguno de los nervios se queda comprimido en alguna postura», apunta la profesional. Aun así, explica que lo curioso es que a pesar de que no se produzca ninguna compresión de ningún nervio, la sensación de hormigueo en la piel es uno de los signos clínicos más característicos de la ansiedad. «Parece estar en relación el aumento de la frecuencia de la respiración, dando lugar a sensaciones desagradables como: hormigueo, temblores, mareo, debilidad, sensación de desmayo, sudoración, escalofríos, visión borrosa, sensación de irrealidad, sensación de falta de aire, etc», explica de manera más amplia y recuerda que aun así los temblores también se producen por la tensión muscular.

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