Actividades deportivas

Buceo

Las particularidades técnicas y del medio hacen que sea necesario seguir una serie de reglas imprescindibles para practicar el buceo

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S.B

Desde el principio de los tiempos parece haber signos de que se ha practicado el buceo como fórmula para conseguir alimentos pero también para tener riquezas como el coral o las perlas. Este tipo de buceo ha sido siempre a pulmón, sin necesidad de ningún instrumento. Este tipo de buceo se sigue practicando de manera habitual en algunas tribus con el mismo objetivo, tanto es así que han llegado a tener una adaptación al medio tal que les permite estar más de diez minutos en apnea debajo del agua. Este es el caso de los Bajau, nómadas de indonesia que consiguen bucear a profundidades durante unos 13 minutos a 70 metros de profundidad.

En la segunda mitad del siglo XVIII se empezó a desarrollar el buceo con escafandra y desde entonces ha ido evolucionando, tomando gran impulso en la primera mitad del siglo XIX, aunque el sistema limitaba bastante la movilidad dado que el buceador estaba conectado a la superficie con una manguera. El siguiente hito que buscaron los investigadores fue buscar el máximo de autonomía, lo que se consiguió en 1942 cuando se consiguió que las personas bucearan sin estar ligadas a la superficie gracias a la combinación de un regulador con una botella de aire comprimido que permitía al sujeto respirar. Desde entonces, la investigación sobre el buceo y la mejora de los equipos ha hecho que se expanda esta actividad como plan de ocio deportivo.

Sin embargo, las particularidades técnicas y del medio hacen que sea necesario seguir una serie de reglas imprescindibles para practicar el buceo con seguridad, comenzando por una adecuada formación ya que, en general, la mayoría de los países incluyen en su reglamentación específica una titulación reconocida y un mínimo de experiencia basada en el número de inmersiones previas que pueden oscilar entre las 15 y las 50, según la dificultad del sitio de buceo.

Beneficios del buceo

  • Fortalece la musculatura: Aunque dentro del agua la no se hace la misma fuerza, durante una sesión de buceo, quien lo practica no cesa de moverse. Además, cuenta con el peso añadido del equipo.

  • Mejora el sistema respiratorio: Amplia la capacidad pulmonar dado que se realiza trabajando la respiración.

  • Equilibrio emocional: El agua es terapéutica y favorece la sensación de bienestar y relajación gracias a la conexión con la naturaleza.

Cinco destinos de buceo españoles

- El Hierro: en esta isla volcánica se mezclan especies mediterráneas, tropicales y atlánticas.

- Cabo de Palos: este rincón murciano es, además de un espacio geológico submarino excepcional un cementerio de barcos.

- Cabo de Gata: este parque natural almeriense tiene uno de los mejores fondos marinos del Mediterráneo.

- Menorca: la isla balear tiene una variada fauna marina donde se pueden ver barracudas o meros.

- Rías Baixas: Un gigantesco lago oceánico protegido de las tormentas donde se pueden observar esponjas y gorgonias.

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