Nutrición

Vitamina D

Los alimentos como el pescado azul o los lácteos son ricos en esta vitamina esencial para nuestra piel y huesos

Alimentos como los pescados azules o los huevos nos aportan vitamina D Adobe Stock

S.B

Conocida como la vitamina del Sol y también denominada calciferol, la D es una de las vitaminas liposolubles imprescindibles para la formación de los dientes y de los huesos y para la absorción de calcio desde el intestino, muy necesario para el adecuado funcionamiento del aparato locomotor.

Las principales y más graves patologías aparejadas a la deficiencia de vitamina D son el raquitismo y la osteoporosis, dado que favorece la fijación del calcio en los huesos, por eso es habitual que las personas mayores, especialmente las mujeres, necesiten suplementos de vitamina D.

Dos son las principales fuentes para obtener esta vitamina en dosis adecuadas. De un lado, la exposición a la luz solar y de otro, los alimentos ricos en ella. Sin embargo, obtener suficiente vitamina D solo a través de los alimentos es complicado ya que no son muchos los alimentos que la tienen de forma natural. El cuerpo produce vitamina D cuando la piel se expone directamente al sol y la mayoría de las personas satisfacen de esta manera sus necesidades. Los paseos al aire libre tienen numerosas ventajas, entre ellas, precisamente favorecer el sistema inmune y la absorción de esta importante vitamina.

Su exceso también puede provocar toxicidad y dolencias como vómitos, falta de apetito, debilidad, pérdida de peso o estreñimiento. También eleva el calcio en sangre provocando desorientación y problemas en el ritmo cardiaco. Una intoxicación por vitamina D es muy difícil que suceda de manera natural. Lo habitual es que se produzca por una sobreingesta de suplementos. Tomar el sol en demasía no provoca exceso de vitamina D aunque sí puede acarrear otro tipo de enfermedades como el cáncer de piel.

El déficit de vitamina D puede provocar importantes problemas de salud como la disminución de la densidad ósea y la consecuente osteoporosis o fracturas. Además de otras enfermedades como el raquitismo, la debilidad muscular o dolor en los huesos. También se vincula su deficiencia a otras afecciones como la diabetes, enfermedades autoinmunes o la presión arterial alta. Las personas obesas, con enfermedades autoinmunes o ancianas son más propensas al déficit de vitamina D.

Alimentos ricos en vitamina D

  • Los pescados grasos que son en general los azules como el atún, el salmón o la caballa.

  • El huevo, más concretamente la yema

  • El queso y la mantequilla

  • El hígado de ternera

  • Los champiñones

Si tienes exceso de vitamina D

  • Confusión y desorientación

  • Depósitos de calcio en los tejidos blandos

  • Cálculos renales

  • Problemas digestivos y gastrointestinales

  • Daño en los riñones

Vitamina D en niños y adultos

Los niños están en plena formación de los huesos por lo que la deficiencia de esta vitamina provoca raquitismo, en el caso de los adultos se puede desarrollar osteoporosis, con la caída de la densidad de los huesos, hipocalcemia, que son bajas concentraciones de calcio en sangre y osteomalacia, una patología que debilita los huesos. Su déficit tiene un sencillo tratamiento a través de suplementos que siempre deben ser prescritos por un médico.

Los mayores de 50 años tienen menos capacidad de convertir los nutrientes en vitamina De ya que los riñones, responsables de esta conversión, ya no funcionan igual a partir de esa edad. Así pues, las patologías relacionadas con su déficit aparecen mayoritariamente en la tercera edad. También las personas obesas tienen pueden tener menos circulación de esta vitamina.

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