Lombarda

La lombarda es una de las verduras estrella de la Navidad, sin embargo, sus propiedades la convierten en un ingrediente ideal para consumir durante todo el invierno. Como guarnición o como principal, su color se convierte también en un atractivo para introducir las coles en la dieta de los más pequeños de la casa. Se trata de una planta hortícola, variedad de col o repollo , con grandes hojas de color morado intenso, firmes y muy apretadas unidas todas por la base.

Su característico color se lo da la antocianina , un pigmento que depende de la acidez del suelo, por lo que las hojas pueden ser más rojas o más azules en función de la acidez o alcalinidad del suelo, respetivamente.

La lombarda es baja en calorías (27 calorías por cada 100 gramos) ya que el 91% es agua y apenas cuenta con un 5% de hidratos de carbono de los cuales el 1% es fibra. Rica en compuestos de azufre, vitamina C y ácido cítrico, es una importante fuente de antioxidantes lo que reduce el envejecimiento de las células.

Más allá de la cocina, la col lombarda es perfecta para realizar experimentos caseros para conocer el pH de manera natural identificando así elementos ácidos y bases. Para ello basta con cocer un trozo de lombarda y reservar el agua.

Dejar enfriar y repartirla en varios recipientes, tantos como sustancias queramos valorar. Echar unas gotas de producto en el agua de la cocción y observar el cambio de color. Si se mantiene morado significará que es una sustancia neutra con un pH igual a 7. Por su parte, con los líquidos ácidos (vinagre, limón o agua fuerte), es decir con pH menor que 7, el caldo tornará rosa o rojizo. El color pasará a azul y verde cuando el pH sea mayor que 7, identificando los bases como pueden ser el amoniaco o el bicarbonato.