Osteria Francescana arrebata a El Celler de Can Roca el título de Mejor Restaurante del Mundo

El Celler de Can Roca, una de las mecas de la gastronomía española contemporánea, ha perdido el título de mejor restaurante del mundo. La gala de los premios «50 best», la lista más prestigiosa de la gastronomía global, coronó ayer a Osteria Francescana como el mejor restaurante del mundo 2016. El negocio de los hermanos Roca obtuvo el número uno los años 2013 y 2015, y este año cedió un puesto para quedarse con el número dos.

«No ha sido una decepción», aseguró Joan Roca, el mayor del trío de hermanos que llevan el restaurante gerundés, nada más acabar la ceremonia, que tuvo lugar en el suntuoso Cipriani’s de Nueva York, en Wall Street. «Hay que valorarlo positivamente.

Desde hace cinco años estamos entre los cinco mejores del mundo, y eso es fantástico. Estamos encantados de seguir estando ahí arriba y seguir siendo embajadores de nuestra cultura, de nuestros productos».

Los tres hermanos –Joan, Josep y Jordi– tenían otra cosa que celebrar ese día: por la mañana presentaron la Roca Brothers Foundation, en coincidencia con el treinta aniversario de la apertura del restaurante. Todavía no hay un calendario sobre su apertura, pero será un centro dedicado a la innovación, a la formación y a la responsabilidad social bajo la idea de «mezclar el mundo de la gastronomía con los intangibles».

El balance para la gastronomía en esta edición de los premios refleja un leve retroceso. La nota positiva es que hay tres restaurantes en el top 10, uno más que el año pasado: El Celler de Can Roca (2), Mugaritz (7) y el asador Etxebarri Atxondo (10), que se cuela por primera vez en esos puestos de cabeza. Tampoco le fue mal a Tickets, el local de Albert Adrià, que ha ascendido al puesto 29 respecto al 42 del año pasado.

Pero no son buenas noticias que Mugaritz, de Andoni Adúriz -quizá uno de los grandes incomprendidos de la lista- pierda un puesto, que Arzak descienda del puesto 13 al 21, que el ambicioso Quique Dacosta casi se quede fuera de la lista con una caída de diez puestos hasta el 49, o que solo hay cuatro españoles en el ‘top 20’ (con el avance de Azurmendi, que pasa del 19 al 16).

En total, son siete españoles en la lista de los 50 mejores, el mismo número que el año pasado. «Claro que deberíamos estar más españoles en esta lista, hay grandes casa que podían estar perfectamente entre los 50 mejores», aseguraba el mayor de los Roca. «Pero no nos podemos quejar, hay una buena representación e irá en aumento en los próximos años». Joan Roca se llevó además el premio al mejor cocinero, elegido por sus propios colegas. «Para mí es muy importante, es el reconocimiento de cocineros a los que yo admiro mucho», dijo sobre el galardón.

Pero la estrella de la noche fue Massimo Bottura, excitadísimo toda la velada y sobre todo tras consagrarse como el mejor del mundo. Nada más conocer la noticia se abrazó a los Joan, Josep y Jordi, como si formaran parte de la misma cocina y empezó a soltar besos. A Daniel Humm, de Eleven Madison Park, que ascendió al número 3 con su restaurante neoyorquino; a Daniel Boulud, un clásico gastronómico de la Gran Manzana y a todos los cocineros que se le pusieron por delante.

«Desde el principio, miramos a nuestro pasado de una forma crítica, sin nostalgia», aseguró Bottura eufórico desde el estrado, armado con una bandera de Italia. «No me gusta eso del ‘mejor’, prefiero decir ‘influyente’», añadió el cocinero en una frase que tomó prestada de cuando Ferran Adrià reinaba con El Bulli. «El mejor ingrediente para el futuro es la cultura. La cultura trae conocimiento y abre conciencias», proclamó a los medios, con la bandera italiana -una pashmina que le regalaron dos comensales de India- enroscada en su cuello. Era la primera vez que Italia se coronaba en el número uno de la lista de los mejores restaurantes. Joan Roca prometió volver a por más: «Llevamos dos números uno, nos falta uno para Jordi», dijo en referencia a su hermano menor.