Campo de refugiados de Calais, en Francia, conocido también como «La Jungla» dónde se construirá el muro
Campo de refugiados de Calais, en Francia, conocido también como «La Jungla» dónde se construirá el muro - REUTERS

Reino Unido financiará la construcción de un muro cerca del campo de refugiados de Calais

El Gobierno francés prevé el desmantelamiento de «La Jungla», donde actualmente viven alrededor de 10.000 personas

Corresponsal en París Actualizado: Guardar
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El gobierno inglés pagará al gobierno francés varios millones de euros para construir un muro de cemento liso, en la frontera de Calais (norte), para intentar disuadir o evitar que los inmigrantes refugiados en el campo de La Jungla sigan intentando entrar en el Reino Unido.

Los portavoces oficiales franceses confirman la noticia avanzada en Londres por un dirigente británico: la construcción de un muro de cuatro metros de altura, en Calais, costará 2,7 millones de euros, desembolsados íntegramente por el gobierno inglés. Ese muro «solo» será una de las medidas de un «paquete» (policial y «técnico») cuyo costo global ascenderán a unos 17 millones de libras (20,2 millones de euros).

En París, el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, anunció apresuradamente, hace días, que su gobierno está «estudiando» el desmantelamiento de refugiados de La Jungla, en Calais, en una fecha indeterminada.

El «desmantelamiento» de ese campos de refugiados ha sido evocado en muchas ocasiones, sin llegar nunca a realizarse. Varias organizaciones humanitarias insisten día tras días en que, en verdad, «continúa degradándose de manera dramática, la situación de más de 10.000 refugiados, en La Jungla».

El gobierno inglés y el gobierno francés negociaron el verano pasado un «nuevo paquete» de medidas de seguridad, financiadas íntegramente por el Reino Unido, con el fin de proteger sus fronteras en territorio francés, estableciendo nuevas formas de cooperación policial franco-inglesas, en la frontera del Canal de la Mancha. La construcción de un muro de betón, en Calais, durante el próximo trimestre, parece sugerir que el gobierno francés, por su parte, está «resignado» a la prolongación indefinida de una situación de emergencia humanitaria, sin tener respuestas claras a un problema que continúa agravándose.

Anne Hidalgo anunció, en su día, que París «habilitará» próximamente dos campos de refugiados, en el norte y el oeste de la capital, con una capacidad de acogida de 600 a 1.500 inmigrantes/refugiados. Solo en La Jungla hay más de 10.000 inmigrantes/refugiados. Antes que la alcaldesa anunciase la apertura de tales campos, en la capital, las fuerzas de seguridad, dependientes del ministerio del Interior, desmantelaron 25 campos de refugiados, en París. Uno de los campos proyectos ya ha suscitado una polémica muy agria con los habitantes del barrio donde se anuncia la llegada de 600 inmigrantes y refugiados, en la frontera de un distrito muy acomodado.

En Calais, mientras tanto, las autoridades locales y regionales continúan pidiendo socorro al Estado. En vano. La construcción de un muro, con dinero inglés, quizá tenga carácter disuasivo a medio plazo. Pero los 10.000 refugiados instalados en La Jungla continúan siendo un problema de emergencia inmediata. El gobierno guarda un llamativo silencio sobre sus desconocidos proyectos, humanitarios o de otro tipo, ante ese problema regional de fondo.

Los comerciantes de Calais y la región Norte multiplican sus acciones y manifestaciones de protesta, desde hace semanas. Varias asociaciones de camioneros y transportistas han denunciando los bloqueos y atascos sistemáticos, consecuencia de los «asaltos» de inmigrantes y refugiados que intentan entrar en el Reino Unido por cualquier medio.

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