El expresidente de Italia Carlo Azeglio Ciampi fallece a los 95 años
El expresidente de Italia Carlo Azeglio Ciampi fallece a los 95 años - AFP

Luto en Italia por la muerte del expresidente Ciampi

Falleció esta mañana en una clínica de Roma, a los 95 años. Gran europeísta, padre del euro, fue uno de los presidentes más amados de Italia, país al que supo transmitir orgullo patriótico

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El expresidente de la República de Italia Carlo Azeglio Ciampi, fallecido esta mañana a la edad de 95 años en la clínica Pio XI de Roma. Fue un presidente sobrio, muy amado por los italianos porque logró que Italia recobrara su orgullo en época de crisis de autoestima.

Nacido en Livorno en 1920, con licenciatura en Letras y Derecho, fue el décimo presidente de la República desde el 1999 al 2006. Anteriormente fue gobernador de la Banca de Italia durante 14 años, primer jefe de gobierno no parlamentario en la historia de la República, en 1993, y varias veces ministro (Interior, Tesoro y Economía). Por sus dotes de moralidad, gran prestigio como técnico y excelente imagen internacional, Ciampi fue llamado cuando era ministro del Tesoro a Palacio Chigi como primer ministro en un momento de grave crisis para Italia: El Parlamento estaba en parte deslegitimado por la corrupción de «Tangentopoli» y el país necesitaba un saneamiento financiero para estabilizar la lira, porque la inflación era galopante a dos cifras. Fue elegido con la misión de salvar la reputación de la política y la imagen internacional de Italia.

Devaluó la lira para recuperar competitividad y supo salvar al país del colapso al que se había llegado con el viejo sistema político de la primera República.

Ciampi fue un europeísta convencido y entusiasta, considerado en Italia como padre del euro, pues su intervención fue decisiva para la incorporación italiana a la moneda única. En efecto, como ministro del Tesoro y del Presupuesto del gobierno de Romano Prodi y posteriormente de Massimo D’ Alema, Ciampi fue determinante para que Italia lograra alcanzar los parámetros del Tratado de Mastricht que le permitieron formar parte del euro desde su creación. Ciampi lo celebró con lágrimas de alegría cuando, en la mañana de San Silvestre del 1998 cogió en sus manos el primer euro acuñado en Italia. Seis meses después coronaba su carrera pasando del Tesoro al palacio del Quirinal, apoyado por un amplísimo consenso en el Parlamento y en el país. Como jefe del estado, trató desde el primer momento de transmitir a los italianos este mensaje: «Un sentimiento patriótico nacional que deriva de las gestas del Resurgimiento (Risorgimento en italiano, o Reunificación italiana) y de la Resistencia y que se manifiesta en el Himno de Mameli (el himno nacional) y en la bandera tricolor».

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