Sonia Ferrer, un 2018 lleno de desgracias

Pese a que ahora se encuentra en uno de sus mejores momentos profesionales, en su vida personal se suceden los contratiempos

Sonia Ferrer Gtres

ABC.ES

Parecía que Sonia Ferrer (40 años) comenzaba el año con el pie derecho con el inicio de una nueva andadura profesional: el estreno del programa «De todo corazón» en Telemadrid. Suponía su regreso a televisión. Pero poco después la mala suerte se cebaba con ella.

Primero se rompió una pierna que la obligó a estar cinco semanas con ella inmovilizada. Después se quedó sin coche y, por si fuera poco, cuando ya estaba recuperada, volvió a sufrir otro percance.

Pocos días antes de su recuperación, un nuevo accidente complicó la vida la presentadora. «Una pierna rota no era suficiente» , escribía Sonia en sus redes sociales junto a su coche averiado en medio de la carretera. La televisiva publicaba una fotografía en la que posaba relativamente feliz , a pesar de las continuas adversidades.

Sin embargo lo realmente grave no llegó hasta la pasada semana, cuando la televisiva escribió en su cuenta de Twitter una nueva desgracia, la mayor de todas. «Alguna vez os habéis roto la pierna, os han inmovilizado 5 semanas y cuándo os han quitado el yeso os habéis caído por las escaleras y habéis vuelto a la casilla de salida?Toda una experiencia». Una caída que ha provocado que tenga que volver a ser escayolada y obligada a empezar el proceso de nuevo.

Menos mal que cuenta con el apoyo de su hija Laura , de siete años. «Siempre he dicho que hijos únicos como yo, no. No calculaba que me iba a separar . Me habría gustado tener muchos. Me encanta los niños, pero me gustaría ser madre con alguien con quien construir algo. Después de un fracaso necesitas doble seguridad. Estoy un poquito resignada al no. Pero mi niña es la bomba », contaba hace unos meses para la revista «Lecturas».

Historia de superación

No son los primeros baches que tiene atravesar. Hace unos meses, durante la presentación de su nuevo espacio, Ferrer confesó uno de los momentos más delicados y dolorosos de su vida. Su sueño de niña era ser bailarina profesional, algo que tuvo que dejar drásticamente. « Tuve un tumor en la columna que me estrangulaba la médula. Fueron dos años muy malos, entre los 17 y los 19 años», confesó en la revista «Lecturas».

Y añadía: «Justo había acabado la carrera de danza clásica y todos se acabó. Sacrifiqué mi infancia , sin mi familia cerca, lloraba todos los días. De golpe tenía que pensar en otra vida». Llegó a pensar que se quedaría en silla de ruedas que menos mal que finalmente nunca tuvo que utilizar. «Es el peor momento de mi vida. Nunca he querido contarlo con dramatismo, pero me llegaron a preparar para estar en una silla de ruedas», confiesa todavía con pesar.

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