Los participantes estaban divididos en 64 equipos
Los participantes estaban divididos en 64 equipos - ABC

Un pueblo abandonado de Italia, escenario de los Mundiales del Escondite

Consonno, a 50 kilómetros de Milán acogió el pasado fin de semana a 320 personas que compitieron por el campeonato internacional de este juego tan popular

CORRESPONSAL EN ROMA Actualizado: Guardar
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En la época de Pokemon Go vuelve a estar de moda el juego más viejo del mundo: el escondite. En los bosques de Consonno (provincia de Lecco, a unos 50 kilómetros de Milán) se reunieron el pasado fin de semana 320 personas, divididas en 64 equipos y bajo un reclamo infalible: el Campeonato Mundial del Escondite 2016. No era, pues, un encuentro entre nostálgicos, sino que estaba en liza un título, para el que sus organizadores reclaman categoría olímpica pues lo consideran un auténtico deporte: requiere capacidades atléticas, velocidad y reflejos.

El escondite se juega en los bosques de Consonno
El escondite se juega en los bosques de Consonno - ABC

«Todo surgió de una manera casual, en 2010. Durante la fiesta de mi cumpleaños nos pusimos a jugar al escondite, al igual que hacíamos cuando éramos pequeños. Nos divertimos tanto, que acabamos preguntándonos: ¿Por qué no hacemos unos mundiales?», cuenta Simone Montanari, uno de los organizadores.

Tras unas primeras ediciones en las que la participación fue exclusivamente italiana, este año han competido «atletas» de Francia (ganó un equipo de ese país), Suiza, Bélgica y Estados Unidos.

El reglamento establecía que los 64 equipos participantes se dividieran en cuatro bandos, con un solo minuto para esconderse. Los encargados de buscarles fueron los miembros de un equipo norteamericano de rugby, el Lumezzane. Desde una tribuna, el numeroso publico asistente no dejó de animar a los jugadores. «Cuentan el instinto y la improvisación. Cuando descubrí el campeonato, me pareció algo tan increíble que me dije: no puedo perdérmelo», afirma Generoso Morelli, de Nápoles, que formó su equipo a través de internet.

Consonnno era un piuntoresco pueblo
Consonnno era un piuntoresco pueblo - ABC

El escenario del juego ha tenido lugar en un pueblo fantasma con una increíble historia. En 1962, Consonno era un pintoresco pueblecito medieval, con su iglesia, su trattoria y amplios bosques para deleite de sus 300 habitantes. De aquel sitio se enamoró el conde Mario Bagno, excéntrico constructor y visionario, quien se compró el pueblo para edificar el sueño de su vida: crear una versión italiana de Las Vegas. Los habitantes se marcharon, el pueblo fue demolido y en pie sólo quedaron la iglesia, la casa parroquial y el cementerio. El conde Bagno construyó una nueva carretera, un hotel, un centro comercial con tres pisos y un minarete, y múltiples salas para juegos, bailes y fiestas. Para rematar la estética pretenciosa y kitsch, añadió esfinges egipcias, un castillo medieval y una pagoda japonesa. De la falta de gusto del conde Bagno emergió un lugar monstruoso. En 1976, un corrimiento de tierras dejó hundidos los accesos a la localidad. Los edificios comenzaron a deteriorarse y el lugar quedó en el total abandono.

Este pueblo es el lugar perfecto para jugar el escondite
Este pueblo es el lugar perfecto para jugar el escondite - ABC

Hoy Consonno es un pueblo fantasma y, seguramente, el lugar perfecto para jugar al escondite. Así lo han reconocido los participantes del campeonato, quienes se han marchado entusiasmados y dispuestos a participar en la próxima edición, convencidos de que el éxito de la convocatoria irá en aumento: todo el mundo, al menos una vez en su vida, se ha divertido jugando al escondite.

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