El pueblo de Italia donde está «prohibido morir»

El alcalde de Sellia (Calabria) obliga a los vecinos un chequeo al año bajo multa de 30 euros

Corresponsal en Roma Actualizado: Guardar
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Sellia es el primer pueblo donde está «prohibido morir». Lo dice expresamente una ordenanza que firmó Davide Zicchinella, 40 años, médico pediatra prestado a la política, en su segundo mandato como alcalde de esta población de origen medieval en Calabria, al sur de Italia.

Se trata de una ordenanza única en su género, cuyas motivaciones explica a ABC el propio alcalde. «La vida humana es naturalmente muy valiosa, pero en un pueblo pequeño tiene también un valor social enorme, porque cuantas más personas desaparecen menos posibilidades tiene el pueblo de existir».

En Sellia, que hoy cuenta con poco más de 500 habitantes, en su mayoría con más de 65 años, ha sucedido lo mismo que en otros muchos pueblos italianos, sobre todo del sur.

Las jóvenes generaciones emigraron en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Solo en los últimos quince años, Sellia ha perdido un tercio de sus habitantes.

Ante esta progresiva despoblación, el doctor Zicchinella se propuso que Sellia no perdiera ninguna vida más. «Puede parecer una provocación, pero no lo es. Se trata de una cosa muy seria, porque hemos puesto una serie de servicios sanitarios para los ciudadanos que aquí no existían», nos señala el alcalde. Sabiendo de la importancia de la prevención, ha emprendido una especie de cruzada, bajo el lema «Sellia, pueblo de la salud», para que todos sus ciudadanos se cuiden.

Lo tenían complicado hasta ahora, pues muchos son ancianos con dificultades para trasladarse al hospital más cercano, situado a 15 kilómetros. El ayuntamiento ha transformado una escuela abandonada en un céntrico médico, donde se hacen análisis de sangre y chequeos gratuitos, con diversas especialidades: ortopedia, oftalmología, cardiología…

Los vecinos aplauden

Para ayudar en la financiación de estos servicios, el alcalde ha impuesto una tasa de 30 euros al año, que solo pagarán quienes no hayan cuidado su salud. «Para los mayores de cincuenta años, se debe demostrar que se han hecho al menos un análisis de sangre y visita urológica en el caso de los hombres, mientras a las mujeres se les pide revisiones de mama y tiroides», nos precisa el alcalde, quien califica de «extraordinario, porque en cinco meses se han hecho más de 220 chequeos y análisis». Los vecinos aplauden con fervor la iniciativa, porque «se ha creado más conciencia sobre la prevención».

Además de la «prohibición de morir», el alcalde explica a ABC una serie de iniciativas que ha emprendido para revitalizar el pueblo y que pueda vivir del turismo, y no solo, como hasta ahora, de agricultura: acceso a Internet gratuito, primer pueblo de Calabria y entre los primeros de Italia con autosuficiencia energética, y un gran parque de aventura con atracciones deportivas, financiado con 1,5 millones de euros de la Unión Europea.

Empresarios del norte de Italia han acudido a la llamada del alcalde. Más de la mitad de la casas del pueblo están vacías, ahora se empiezan a comprar para su rehabilitación. Sellia, a 20 kilómetros del mar, ya no es un pueblo olvidado y dejado de la mano de Dios. El alcalde, con su ordenanza «prohibido morir», lo ha dado a conocer al mundo.

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