Francesca Chaouqui en enero de 2014
Francesca Chaouqui en enero de 2014 - AFP
POLÉMICA

Las nuevas Mata Hari italianas, contra las cuerdas

Francesca Immacolata Chaouqui, en el Vaticano, y Sabina Began, a la sombra de Silvio Berlusconi, saborearon las mieles del poder. Ahora sus malas artes las han llevado a los tribunales de Justicia

Roma Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Se la reconoce como una suerte de Mata Hari, una «bomba sexy» que compromete al Vaticano y no solo por sus desnudos artísticos publicados en la web. Hoy, Francesca Immacolata Chaouqui (33 años), una «lobbista» y relaciones públicas italiana, por primera vez será interrogada en un tribunal vaticano bajo la acusación de divulgar documentos reservados. Junto a ella figuran otros cuatros imputados: el sacerdote español Ángel Lucio Vallejo Balda, su colaborador Nicola Maio y los periodistas italianos Emiliano Fittipaldi y Gianluigi Nuzzi, quienes acaban de publicar los documentos en dos libros, «Avaricia» y «Via Crucis».

Emiliano Fittipaldi, Gianluigi Nuzzi y Francesca Chaouqui
Emiliano Fittipaldi, Gianluigi Nuzzi y Francesca Chaouqui - ABC

Caprichosa, aparentemente ingenua, apasionante, lista, intrigante, con gracia y erotismo. Así era Mata Hari, seudónimo de Margaretha Geertruida Zelle, famosa bailarina, actriz y espía holandesa, que hizo un doble juego entre los servicios secretos franceses y alemanes durante la Primera Guerra Mundial.

Condenada a muerte y fusilada en 1917, se convirtió en un icono, un nombre que entró en el lenguaje común.

Pero, ¿es realmente Francesca Immacolata Chaouqui una nueva Mata Hari? Así lo debió creer el sacerdote español Balda, según cuenta la propia Chaouqui. Desenfrenada, agresiva y sin pelos en la lengua, la italiana relata a través de Facebook, minuto a minuto, detalles de su actividad en la Comisión para reformar los departamentos económicos y administrativos del Vaticano, a la que en su día fue incorporada por el propio sacerdote Vallejo Balda. Hoy vuelan las acusaciones entre ambos. «Balda está convencido de que yo soy una infiltrada de los servicios secretos americanos, que tenía contactos con la mafia rusa, que hubiera trabajado para la CIA contra el Estado italiano», escribía ayer Chaouqui en Facebook, donde horas antes había acusado a Vallejo Balda de «entregar el archivo de nuestra comisión a los periodistas como se hace con un hijo al patíbulo». Vallejo Balda había lanzado ya la alarma en julio. En una carta enviada al número dos del Vaticano y secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, le hace saber que la Chaouqui sabe demasiados secretos, que frecuenta muchos ambientes y que se está convirtiendo en un peligro.

No se puede hablar de Mata Hari sin erotismo. En los últimos días se han conocido mensajes entre Chaouqui y Vallejo Balda, intercambiados en meses pasados, con contenidos fuertemente «picantes» en el plano sexual. «¿Estás deprimido? Haz el amor, se te pasa la tensión», le llegó a aconsejar la Chaouqui. Ahora ella se ha justificado sobre sus explícitos mensajes escribiendo que se trataba de una broma.

Francesca Immacolata Chaouqui está casada y espera un hijo: «Hay un mini imputado de 17 milímetros, que con su madre irá en aula», ha afirmado. Chaouqui reniega absolutamente de estar implicada en el delito de robo y difusión de documentos reservados y carga las culpas al sacerdote Balda.

Sabina Began en sus momentos de gloria, en 2011
Sabina Began en sus momentos de gloria, en 2011 - CORDON

En ese renegar ante el tribunal y culpar a otros, Chaouqui se parece a otra que también fue vista en su día como otra Mata Hari: Sabina Began (41). Llamada la «abeja reina», es una actriz alemana de origen bosnio considerada como la organizadora de las fiestas eróticas de «bunga bunga» en la residencia de Silvio Berlusconi. Entre lágrimas, hace unas semanas declaró ante el tribunal de Bari que la juzgaba por proxenetismo: «He amado mucho a Berlusconi, le he organizado cenas. Hoy me arrepiento y pido a Dios que me perdone». Sabina ha sido condenada a 16 meses de cárcel y, al igual que la Chaouqui, esta semana ha acusado al que fue su protector: «He sido novia de Berlusconi durante siete u ocho años, desde el 2004. Me ha regalado una casa de 1,5 millones de euros. Pero me tenía que haber regalado un castillo. Era un mentiroso y me traicionaba».

Began y Chaouqui son bellas, caprichosas, ambiciosas y muy trepas. Pero Mata Hari tenía otra gracia y personalidad, afrontó su proceso judicial y jamás se arrepintió de lo que hizo. Es un personaje de leyenda. Las dos nuevas Mata Hari italianas serán muy pronto olvidadas.

Ver los comentarios