El momento más agridulce de María José Campanario

María José Campanario está atravesando por una mala racha. En los últimos meses, la mujer de Jesulín de Ubrique ha tenido que ser ingresada en varias ocasiones por la fibromialgia que padece, la hernia de disco y la reacción alérgica que tuvo a finales del pasado año.

Ahora, que se encuentra más recuperada después del último susto en abril, la odontóloga ha decidido conceder una entrevista a la revista «¡Hola!» para hablar abiertamente sobre su enfermedad: «Empecé a sentirme muy, muy cansada, a tener un dolor generalizado en los músculos y en las articulaciones, empecé a dormir mal... Es un conjunto de síntomas bastante desagradable. Lo peor es la falta de sueño y ese dolor crónico que no desaparece, y sobre todo el no saber por qué!», explica.

Ha tardado mucho en saber que la padecía, ya que es una enfermedad de difícil diagnóstico y sin cura. «Las enfermedades reumáticas son complicadas, y básicamente lo que hacen cuando tengo una crisis es paliar el dolor», asegura a la vez que cuenta que el mayor problema es que es intolerante a un «abanico muy amplio de analgésicos».

Al mal tiempo, buena cara

Pese a que es una enfermedad que le afecta en su vida diaria -su marido la ha llegado a encontrar en el suelo desmayada en más d euna ocasión-, Campanario intenta mirar al futuro con esperanza: «Yo sonrío, porque tengo muchos motivos por los que dar gracias a la vida. Sonrío porque podría ser muchísimo peor».

Una de las personas que le hace seguir luchando es su esposo, Jesulín de Ubrique, con quien lleva casada 15 años. De hecho para celebrar esta fecha tan importante han decidido volver a darse el «sí, quiero» el próximo mes de julio, rodeados de su familia e, incluso, contar con la presencia de Andrea Janeiro, la hija que el torero tuvo con Belén Esteban. Al parecer de un tiempo a esta parte, el diestro mantiene más contacto con su primogénita: «La relación con mi hija es cordial y bastante normal. Ahora empiezo a tener más contacto con ella directamente. Hablamos y habla con sus hermanos, y habla con mi mujer... y bien».