Manuel Díaz «El cordobés»
Manuel Díaz «El cordobés» - JOSÉ RAMÓN LADRA

Manuel Díaz «El Cordobés»: «He perdido la esperanza de reconciliarme con mi padre»

Mientras disfruta de las vacaciones de Navidad, el diestro recibe a ABC para hacer un balance sobre su vida personal y profesional durante el último año

Madrid Actualizado: Guardar
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Día a día, Manuel Díaz «El Cordobés» ha conseguido ganarse el cariño del público con su forma de ser y el respeto que profesa por su profesión, donde lo tenía muy difícil por su parentesco innegable con el mítico Manuel Benítez. Tanto Manuel Díaz como su madre, María Dolores Díaz, siempre han dicho que Benítez es su padre, pero éste nunca ha querido someterse a unas pruebas de paternidad. Por eso, en esta conversación con ABC, el diestro asegura que ha perdido la esperanza sobre un posible acercamiento con su progenitor, al que solo quería conocer y mantener una relación cordial con él. Además, el torero habla sobre los grandes amores de su vida: el mundo de los toros y sus tres hijos, Alba -fruto de su matrimonio con Vicky Martín-Berrocal- y Triana y Manuel, los dos hijos que ha tenido con la exmodelo Virginia Troconis, con quien lleva casado doce años.

-Estamos en unos días que son para pasarlos en familia con los pequeños y la ilusión de la Navidad...

-Naturalmente. Sigo con mis entrenamientos pero más suaves y tratando que la alegría de estas fiestas esté encendida en nuestro hogar.

-¿No hace temporada en América?

-Posiblemente vaya a Venezuela, pero en enero y febrero no. Para la Feria de Carnaval tengo algunos compromisos. Ahora estoy tranquilo y pendiente de los más pequeños de la casa que son los que aportan más ilusión en estas fechas con Papá Noel y los Reyes Magos. Estoy muy agradecido por poder disfrutar de estos momentos tan entrañables.

-Da prioridad a su vida privada, ¿no?

-Hubo muchas negociaciones con México y al final las cosas no salieron, pero hay puertas abiertas para volver a América y torear allí bastante. Lo que espero es que en España siga siendo una temporada bonita y disfrutar pasándolo bien delante de los toros. Estar a gusto con mi profesión. Gracias a Dios tengo muchos seguidores y mucha gente que me espera. Y poder darles la alegría de verme cada año.

-¿Su hijo siente más afición por el fútbol que por el toro?

-Como la mayoría de los niños de esta época se siente atraído por el fútbol, pero es consciente de que el mundo del toro a nosotros nos ha proporcionado la situación que tenemos. Él, como el resto de sus compañeros de colegio sueña con ser futbolista, como hace cincuenta años los chiquillos querían ser toreros. Los medios de comunicación divulgan más el fútbol que el mundo del toro, siendo el segundo espectáculo de masas de España.

-¿Su hijo Manuel puede seguir sus pasos?

-Ya ha toreado en el campo y cuando hay alguna fiesta de cumpleaños le gusta celebrarlo toreando una becerra. Trato de enseñarles los valores que yo he conseguido tener gracias al mundo del toro: disciplina, respeto, tratar de superarme cada día y a afrontar los hechos con entereza. Y ser una persona con mucha capacidad de superación. Mi hijo por lo menos siente respeto por mi profesión. Si un día decide torear yo estaré encantado de poder echarle una mano.

-Y si un día le dice: «Papá,quiero ser futbolista», ¿qué le diría?

-Yo estoy más empeñado en que estudie. Mi intención es ayudarle en lo que pueda, decida lo que decida. Creo que es mi deber como padre pero yo quiero ser su padre y su amigo.

-¿Cómo actuaría si alguna de sus dos hijas quisiera ser torera?

-Alba tiene dieciséis años y la otra, Triana, es todavía muy pequeña, tiene ocho. A la mayor le gusta mucho el periodismo y es muy buena haciendo fotografías. A veces me ha acompañado a festivales benéficos para que vea lo que hago. Ella respeta mucho mi profesión, pero creo que no les ha dado por esto. Pero si un día me lo dijera pasaría mucho miedo, pero trataría de ayudarla. Estaría dispuesto a estar cerca de ellos.

-Alba está viviendo con usted en estos momentos, ¿no?

-No, vive con la madre en Madrid pero viene mucho a casa y le encanta estar en el campo. Es muy comunicativa. Siempre está con su cámara haciendo fotos y videos.

-A la gente le sorprendió cuando apareció en el programa «En tu casa o en la mía» hablando de su padre con un gran respeto y cariño.

-Mi madre siempre me ha transmitido el respeto hacia él. Las personas tenemos que ser civilizadas y cada uno tiene que llevar sus cosas con la mayor dignidad posible.

-Debe ser muy duro que todo el mundo afirme que es hijo de Manuel Benítez menos él, ¿exagero?

-La verdad es que sí. Lo único que le he pedido ha sido un acercamiento y poco más. He ido saliendo adelante en mi vida de la mejor manera que he podido. Me habría gustado poder compartir algunos momentos con él. Hay momentos en los que uno se desmoraliza y se da cuenta de que no hay posibilidad alguna. Yo le deseo que le vaya muy bien con su familia, igual que deseo que me vaya muy bien con la mía.

-¿Le gustaría cambiar su apellido por el suyo?

-No, yo soy Manuel Díaz. Tengo los apellidos de mi abuelo que en paz descanse. En el fondo un apellido es solo un papel. Lo importante habría sido poder compartir con esa persona algunos momentos y tener la oportunidad de conocerle bien. Siempre he tenido la esperanza de que podríamos habernos unido en algún momento en nuestras vidas.

-Dice «siempre he tenido la esperanza», ¿ha dejado de tenerla?

-En estos momentos sí. Quizá estoy un poco decepcionado. Siempre he procurado demostrar que yo, con mi esfuerzo, soy capaz de conseguir mis cosas. No sé lo que me deparará la vida, pero por el momento lo dejo. Tengo la seguridad de que soy hijo suyo y no entiendo su comportamiento. Tengo una pena porque yo solo pretendía estrechar su mano y estar unos momentos con él. Por ejemplo llamarle en Navidad y decirle «Manolo, Feliz Navidad» y preguntarle por sus hijos y cómo le iban las cosas. La gente me anima y me dice que él se lo pierde.

-¿A Virginia le gustaba este mundo cuando le conoció?

-Virginia me conoció toreando. Era asidua a la Feria de Valencia, en Venezuela.

-Lo que sí está claro es que su primera mujer, Vicky Martín-Berrocal, sí era aficionada...

-Sí, le gustaba bastante este mundo.

-Con ella sigue manteniendo una gran amistad, ¿verdad?

-Por supuesto. El amor se puede acabar pero el cariño y el respeto siguen. Por nosotros y por nuestra hija. Alba ha sido muy importante en como nos llevamos su madre y yo.

-Se dice que usted es de los pocos toreros que no se lo ha creído, ¿es cierto?

-He separado siempre el personaje de la persona. Y la persona ha prevalecido sobre el personaje.

-¿Qué le pide al nuevo año?

-Mucha salud, mucha felicidad y mucha armonía. Que sigamos luchando por las mismas ilusiones por las que estábamos luchando. Que nuestros sueños se cumplan, que es la única manera de vivir con ilusión.

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