Lara Álvarez acaba con el «stock» de las firmas cuando sale en televisión

A uno de los platós de los estudios de Mediaset España, entre percheros de ropa, zapatos de tacón y todo tipo de estampados, llega Mayte Méndez de Vigo (Madrid, 1969), la responsable del departamento de Estilismo y Sastrería del conglomerado televisivo. Ella es la encargada de diseñar a medida la imagen de cualquier personaje que llega a sus canales. Por sus manos han pasado desde Mercedes Milá y Luján Argüelles hasta Sara Carbonero, Marta Torné o Raquel Sánchez Silva.

Cuando ha transcurrido casi un mes desde que comenzara la nueva edición de «Supervivientes» en Honduras, este periódico se reúne con Méndez de Vigo para hablar sobre el fenómeno mediático que supone Lara Álvarez para las firmas de ropa

. Mayte, que viste a la ex de Fernando Alonso cuando está en España y vivió el fenómeno de la mujer de Íker Casillas, descubre a ABC cómo Lara convierte en oro todo lo que toca.

«El éxito de Lara Álvarez se basa en que cae muy bien entre las chicas. Es curioso, porque a las mujeres, que somos un poco más complicadas, no siempre nos gusta una persona tan guapa y simpática, con una permanente sonrisa, como es ella. Pero Lara cae fenomenal a todo el mundo, sobre todo a nosotras. Todas quieren ser Lara Álvarez», cuenta.

Vestidos súper ventas

«Las marcas se pegan por vestirla», dice con toda seguridad. Los datos avalan esta información. El vestido ibicenco de las fotos promocionales de la presente edición de «Supervivientes» se ha agotado en cuestión de un mes. «Al día siguiente de que se publicaran las imágenes, me llamó la propietaria de La Quinta con Austria, la tienda de Valencia que nos cedió esta prenda, para decirme que no daban a basto. El vestido se ha agotado en todos los establecimientos y hay lista de espera por si lo vuelven a recibir». Lo mismo ocurrió con el modelo de lentejuelas que llevó en la final de «Supervivientes 2015»: el stock de la tienda se terminó, pues se vendieron 30 unidades en un par de semanas. «En la semifinal de 2015 se puso una falda beis de ante de Teté by Odette y unos collares de De la Riva Complementos. En diez días, la firma había vendido 270 collares», asegura la estilista.

Méndez de Vigo es la responsable de la indumentaria de Lara en nuestro país, pero insiste en puntualizar que la persona que viste a la presentadora en Honduras es Susana Garcillán, la misma que trabajó con Sánchez Silva en la isla. «Siempre asisto a la primera prueba de baño para supervisar, aunque luego no influyo en nada más. He ayudado, pero los estilismos de Honduras no son míos», apostilla. Y añade: « Se han llevado más de cien prendas de baño». Cuando se prepara el vestuario para tres meses en una isla, se diferencia entre lo que es para una gala, un debate y la tira diaria. «Para las galas se dejan las cosas más espectaculares y, como todas las concursantes van en biquini, a Lara se le tapa más. Se le pone una cuerda encima, un pareo… y se cubre la parte de abajo». Así, aunque sea a la inversa, la presentadora también tiene su protagonismo al distinguirse. Las marcas ceden la ropa a Mediaset a cambio de rótulos de agradecimiento.

Méndez de Vigo —que lleva 24 años en el grupo y conoce el poder de la televisión— siempre intenta ayudar a las firmas que están empezando. «A través de las redes sociales contacto con proveedores. Apoyo a marcas españolas que acaban de empezar y les viene bien un empujón como éste», asegura. «A mí me da igual que la firma tenga fama o no, doy la oportunidad a todo el mundo». Además, Méndez de Vigo tiene un blog en Telecinco, «Estilista de guardia», y una cuenta de Instagram.

Un poder brutal

El punto de partida para que Lara termine «con el stockaje de las firmas» comienza en ese momento, cuando Méndez de Vigo —con su afán de mecenazgo por aquellos que están empezando—, publica en redes de dónde proceden las prendas que lleva la presentadora de «Supervivientes». Antes, los primeros en acudir a un showroom eran los medios de prensa escrita como «Vogue», «Elle»... «La escoria era la televisión», recuerda. Y sentencia: «Ahora se han dado cuenta de que el poder de la televisión es brutal».