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George Osborne, de ministro de Economía a director de periódico (a ratos)

El que fuera mano derecha de David Cameron acumula cinco empleos y gana 2,1 millones de euros al año

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El niño londinense Gideon Oliver Osborne, hijo de aristocrática familia, dueños además de la firma de papel pintado Osborne & Little, hacía gala de tempranas ambiciones. Con solo 13 años apeó el Gideon y decidió llamarse lisa y llanamente George. «Fue mi pequeño gesto de rebeldía», explicaría posteriormente. Sus amigos de entonces lo recuerdan de otra manera: «Nos dijo que Gideon no era nombre de primer ministro».

Desde 2010 hasta julio del año pasado, Osborne era el hombre con más poder en el Reino Unido tras Cameron, su jefe y amigo personal, al que parecía destinado a suceder. Incluso se cuidó de mejorar su imagen física, con un llamativo adelgazamiento y un nuevo peinado a lo césar romano.

Gozaba además de prestigio tras haber sacado al país de la crisis como competente ministro de Economía. Europeísta, el Brexit se lo llevó por delante. Theresa May lo cesó y lo relegó al gallinero de los Comunes como diputado raso. A la nueva ministra y su equipo no les gustaba Cameron y su entorno. Los veían demasiado posh y los apodaban «el clan de Notting Hill».

Pero Osborne, que solo tiene 45 años frente a 60 de May, se ha buscado la vida tras su revés político. Sin abandonar su escaño por Tatton, en el Noroeste de Inglaterra, se ha embarcado en todo tipo de lucrativos pluriempleos. El último y más sorprendente llegó el viernes. Eugeny Lebedev, el hijo de un oligarca ruso que ejerce de director del periódico londinense «Evening Standard», anunció que Osborne será a partir de mayo su nuevo director.

La noticia se recibió en la redacción con una mezcla de «conmoción, incredulidad y risa», según contaron los periódicos rivales. Corbyn, el líder laborista, calificó el nombramiento de «chiste». Algunos diputados conservadores de la cuerda de May pidieron a Osborne que deje el escaño por incompatibilidad manifiesta. Pero ya ha recalcado que no lo hará.

El diario «Evening Standard»se fundó hace 190 años. Es toda una institución en el pulso diario de Londres. El vespertino gratuito reparte cada día entre 800.000 y 900.000 ejemplares entre los llamados commuters, las personas que cada día toman los metros y los trenes de la metrópoli para ir a trabajar al centro. En 2009 el oligarca ruso Alexander Lebedev y su hijo Eugeny, que ejerce de editor, compraron el periódico al dueño del «Daily Mail», lo convirtieron en gratuito y lo han devuelto a los números negros.

Madrugones

Osborne, pese a su filiación tory, «de la que estoy orgulloso», anuncia que será un director «independiente» y «sin miedo a la hora de defender los intereses de los londinenses». Lo que no será es un director a tiempo completo. Solo ejercerá cuatro días por semana, para poder atender a sus otros empleos. Tampoco estará a cargo de la web, pues en fecha reciente se fichó a un director para ella, casualmente llegado también del Número 10. Los días que dirija tendrá que estar en la redacción a las cinco de la mañana, porque el periódico se tira a las once.

George, casado y padre de dos hijos, no ha perdido el tiempo tras el mazazo de May y no se ha conformado con el equivalente a 84.000 euros que percibe como diputado. Ha fichado como consejero por Black Rock, tal vez el fondo de inversión más fuerte del mundo, donde cobra 750.000 euros anuales por solo cuatro días de trabajo al mes, uno por semana. Como conferenciante en el Washington Speaker’s Bureau gana unos 800.000 euros al año. El centro de pensamiento McCain Institute, también en Washington, le da 138.000 euros en concepto de dietas y viajes. La cifra de su empleo como director del «Standard» no se ha hecho pública, pero se especula que no bajará de 230.000 euros. En total, 2,1 millones de euros al año.

Mientras tanto, Osborne espera su momento político. Maquiavélico, muchos creen que convertirá el «Evening Standard» como una herramienta para ir minando a Theresa May y posicionarse en la sucesión. El viernes, significativamente, solo salió a felicitarlo por el nombramiento uno de los ilustres de su partido, Boris Johnson, que tuiteó: «Brillante nombramiento para el “Evening Standard” y bueno para Londres. ¡Hurra!». Y es que muchos piensan que el futuro del Partido Conservador no se apellida May, sino Osborne y Johnson.

Osborne carece de experiencia seria en prensa, aunque siempre quiso ser periodista. Se graduó en Oxford en Historia Moderna y acto seguido buscó empleo en «The Times» y «The Economist», que lo rechazaron. Acabó como freelance para el «Telegraph» y poco después se incorporó al centro de estudios y asesorías del Partido Conservador, donde labró su carrera política. Sin haber tenido una formación económica, ha sido un buen ministro del ramo, algo que se ve normal en un país donde no importa la «titulitis» y puedes estudiar poesía francesa del XIX y acabar en un banco de la City.

El nombramiento ha sido objeto de grandes mofas en las redes sociales. «Breaking the news: pronto seré presentado como director de la revista “Heat”», se mofó el ex líder laborista Ed Miliband, en alusión a una publicación chusca de cotilleos. El humor no es algo ajeno a Osborne. En sus días en el Gobierno gastaba fama de escribir los mejores chistes para las réplicas parlamentarias de Cameron.

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