La Chunga: «A mí me ha robado todo el mundo»

La bailaora, enferma de cáncer, se sincera sobre su nueva vida, alejada de los escenarios

GSR

B. Cortázar

Retirada de los escenarios después de pasar por dos procesos cancerígenos, «el primero se me fue pero el segundo lo tengo aquí en el pulmón como una piedra», La Chunga habló sin tapujos sobre todo lo que los miembros de la peña Cuarto Poder le preguntaron el tradicional almuerzo en su sede de Casa Lucio.

Con su clásico moño tirante y un chal de seda ilustrado con sus dibujos, La Chunga no tiene añoranza por tiempos pasados pero sí buenos recuerdos de una vida que quiso vivir a su manera . «Nunca he sido amiga de salir con la gente del espectáculo . Yo después de actuar no salía de fiesta. No me ha interesado ese ambiente», explica. «Hoy tengo una vida sencilla. Camino por las mañanas, me hago la comida, la siesta, intento ver la televisión que es una porquería o me pongo a pintar hasta que me canso. No puedo hacer grandes esfuerzos por el cáncer, pero en cuanto oigo música me arranco a bailar. Doy clases con las manos porque nadie las mueve como yo».

La Chunga actuando en el Café de Chinitas de Madrid

La Chunga siempre fue muy suya y por eso se negó a posar en topless años atrás para una revista . También rechazó las ofertas de cine que le llegaron de Hollywood porque había escenas de cama. «Por ahí no pasaba. Yo he sido la primera en respetarme y además soy muy cateta para esas cosas». Como es de imaginar, en sus años como bailaora ha visto las proposiciones que muchos productores hacían a las artistas . «Muchas aceptaban y ahora protestan . Mi respuesta es que se hubieran hecho respetar y si no comen carne todos los días que tomaran un trocito de pan con aceite», suelta.

Complicado divorcio

Cuando se divorció de José Luis Gonzalvo fue muy clara con sus hijos. «Les dije que no tenía una perra y no iban a poder vivir con el nivel de su padre si se quedaban conmigo por lo que entendería su elección. Los dos chicos se fueron con mi ex y yo con la niña. Desde entonces viven en Zaragoza y yo en Madrid con un piso muy mono que tengo y me basta y sobra», asegura. Tras esa ruptura matrimonial reconoce que ha tenido «cosillas pero nada serio porque en seguida me da cuenta que venían por la Chunga no por la mujer que hay dentro».

Alumna de su baile fue la duquesa de Alba con quien tiene mil anécdotas. «Nos intercambiamos cuadros ya que a las dos nos encantaba pintar. Bailaba muy bien y aprendía en seguida», cuenta.

Hoy no se queja de la vida que tiene, pero sí «de todo lo que me han robado porque yo gané muchísimo dinero y me engañaban todos, desde el empresario de turno hasta los representantes. Hoy tengo para comer y con mi pintura salgo adelante», reconoce.

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