Gulnara, la hija mayor del recién fallecido presidente de Uzbekistán, Islam Karímov
Gulnara, la hija mayor del recién fallecido presidente de Uzbekistán, Islam Karímov - ABC

Se busca a Gulnara ¿viva o muerta?: La hija del fallecido dictador uzbeko está desaparecida

Fue la mujer más poderosa de Uzbekistán, hasta que Karímov, su padre, ordenó su arresto en 2014

CORRESPONSAL EN MOSCÚ Actualizado: Guardar
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No se la ha visto durante la agonía de su padre, el recién fallecido presidente de Uzbekistán, Islam Karímov, cuya muerte fue oficialmente anunciada el 2 de septiembre. Tampoco en los funerales y el entierro, ni siquiera en el homenaje que, días después, le rindió el presidente ruso, Vladímir Putin, para dejar claro que apreciaba a Karímov y que velará por la continuidad del régimen. Gulnara, la hija mayor del difunto dictador –la otra heredera es Lola–, se encuentra en paradero desconocido desde 2014. Antaño fue la mujer más poderosa del país y una de las más glamurosas del mundo. Multimillonaria, estilosa, siempre rodeada de famosos y poderosos, Gugusha, como se la conocía en familia, era la preferida y se daba por hecho que heredaría el trono de Karímov.

Sin embargo, todo se torció cuando se atrevió a criticar los brutales y sanguinarios métodos de su progenitor, a quien comparó con Stalin. Arremetió también contra el jefe supremo de la seguridad, Rustam Inoyátov, el hombre que había organizado y dirigido la matanza de Andiyán varios años antes, en mayo de 2005: cientos de hombres, mujeres y niños fueron masacrados en la plaza de la ciudad, donde se habían reunido en lo que pareció ser un acto espontáneo contra la brutalidad y la corrupción del régimen. Gulnara expresó sus opiniones a través de las redes sociales, algo que causó verdadera indignación entre la élite de un estado todavía anclado en el feudalismo. Interpretaron que era una campaña para acelerar la renuncia de su padre, enfermo ya del corazón, y ponerse ella al frente del país.

En el front-row de un desfile de moda
En el front-row de un desfile de moda - ABC

Fotos comprometidas

Debido a que manejaba grandes negocios, fue fácil amañar contra ella varias acusaciones por corrupción. Además, aparecieron fotos subidas de tono de su época como modelo, obtenidas, al parecer, por los sicarios de Inoyátov. Dicen que Karímov la abofeteó antes de ordenar, hace dos años, que fuera puesta bajo arresto domiciliario.

Desde entonces, nadie la ha vuelto a ver. Tan sólo logró filtrar a la BBC desde su cautiverio mensajes pidiendo socorro. Describía las terribles condiciones de reclusión que padecía, las agresiones y la permanente vigilancia a la que estaba sometida con cámaras instaladas incluso en el baño. Gulnara Karímova tiene ahora 44 años, pero hay quien cree que podría estar muerta.

Hubo un tiempo en el que llegó a ser la dueña y señora de cualquier cosa que tuviera un mínimo valor dentro de Uzbekistán, un país musulmán con más de 30 millones de habitantes y grandes riquezas naturales. Su padre se lo puso todo en bandeja. Fue señalada como su sucesora, por lo que empezaron a llamarla «princesa». La revista económica helvética «Bilan» llegó a cifrar el patrimonio de Gulnara, en unos 1.500 millones de francos suizos (unos 1370 millones de euros). En 2012 ocupaba el séptimo lugar entre las mujeres más ricas del mundo, por detrás de Athina Onassis, aunque por delante de Tina Turner.

Según las conversaciones entre diplomáticos que filtró Wikileaks, la hija del déspota uzbeko «obtuvo acciones en todas las empresas del país mínimamente prósperas con métodos abusivos». Un hombre de negocios norteamericano cuenta en una carta los problemas que empezó a tener su empresa de telecomunicaciones con las autoridades de Uzbekistán después de negarse a vender parte de sus acciones a Gulnara. En uno de los teletipos de la embajada de EE.UU. en Tashkent, se asegura que «Karímova utiliza a su padre para acabar con sus adversarios empresariales» y que los uzbekos la consideran por eso una persona «profundamente cruel y avariciosa».

Junto al cantante Sting, de quien decía ser amiga
Junto al cantante Sting, de quien decía ser amiga - ABC

Sus amigos famosos

Pero ella trató siempre de codearse con la flor y nata de la élite mundial y dar buena imagen de sí misma y de su país. Alardeaba de su amistad con el actor francés Gérard Depardieu y con el cantante británico Sting. Conocía también a Montserrat Caballé y a Julio Iglesias, con los que tuvo oportunidad de cantar a dúo. Era mezzosoprano profesional.

Vivió en Suiza, en Estados Unidos, como representante ante la ONU; en Francia y en España como embajadora de Uzbekistán, aunque, antes que Madrid, prefería París o Ginebra. En su página de Internet se presentaba como una mujer de «belleza exótica» y amante de la literatura, la ópera y la moda. Estudió en las universidades estadounidenses de Harvard y Nueva York y obtuvo títulos en otros muchos centros de enseñanza superior de Uzbekistán.

Cursó también estudios de matemáticas, economía, arte, diseño, telecomunicaciones y políticas. Creó multitud de fundaciones benéficas, principalmente para ayudar a los niños necesitados, y organizó eventos para promover y dar a conocer su país en el mundo; uno de ellos, una pasarela de moda uzbeka en el mismísimo Louvre de París. Además de cantar, Gulnara componía música, escribía poesía y diseñaba perfumes y joyas. Tiene dos hijos fruto de su matrimonio con el norteamericano de origen uzbeko Mansur Maqsudi, ejecutivo de Coca-Cola, del que se separó en 2001 con escándalo incluido y colosal enfado de papá. A Maqsudi se le prohibió poner el pie en Uzbekistán.

Odios familiares

Gulnara se enemistó seriamente con su madre, Tatiana Karímova, y con su hermana menor, Lola, a las que acusó de brujería. Ambas la desprecian, ignoran e incluso, tras el fallecimiento del jefe del clan, no han movido ni un dedo para lograr que pudiera al menos acudir a los funerales. Por eso los rumores sobre su posible muerte se han intensificado en los últimos días.

De estar viva, no le espera nada bueno si Inoyátov, el «verdugo» de Andiyán, consigue convertirse en el nuevo jefe del Estado. El responsable de la seguridad y mano derecha de Karímov es uno de los candidatos mejor situados para asumir la presidencia. Pugnan también por ello el primer ministro, Shavkat Mirziyóyev, actual presidente en funciones, y el viceprimer ministro, Rustam Azimov.

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