La tenista Arantxa Sánchez Vicario
La tenista Arantxa Sánchez Vicario - UMP

Arantxa Sánchez Vicario pone fin a la guerra con sus padres

La tenista ha retirado la querrella que interpuso contra ellos por haberla arruinado tras llegar a un acuerdo extrajudicial

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La paz ha llegado al hogar de los Sánchez Vicario. Al menos de momento. Aratxa Sánchez Vicario ha llegado a un acuerdo extrajudial con sus padres y ha accedido a retirar la querella que interpuso contra ellos el pasado mes de febrero por, según ella, haberla dejado en la ruina. Un conflico familiar que de un lado tenía a la ex tenista y a su marido, Pep Santacana, y de otro a sus padres, Emilio Sánchez y María Luisa Vicario.

En el acuerdo firmado, las partes acuerdan que la ex campeona de Roland Garros pueda disfrutar de nuevo de un piso situado en la Diagonal de Barcelona. Ahora mismo, está ocupado por el matrimonio Sánchez Vicario, pero Emilio sufre alzhéimer y ambos contendientes han acordado que cuando él muera, la madre tendrá tres años para abandonar la vivienda, que volverá a manos de su hija.

Por otro lado, los padres se comprometen también a abandonar un apartamento turístico en la Costa Brava, al que acudían como lugar de veraneo. Se cree que la ex tenista querría alquilar o vender la vivienda para hacer frente a las deudas que mantiene con Hacienda y que, según ella, crearon sus padres.

Eso sí, el pacto no le ha salido gratis a Arantxa. La catalana ha tenido que renunciar a las acciones penales que había puesto en marcha contra sus padres. La primera, en 2012, englobó a sus progenitores y a su hermano Javier-José, a quienes acusó de haberse apropiado del dinero que ganó durante su trayectoria deportiva. Aunque la querella fue en un primer momento archivada, en el año 2013 la Audiencia de Barcelona retomó el caso. La ex tenista declaró ante el juez el pasado febrero y aseguró que «estoy en la ruina y quiero que mi familia me explique por qué tengo tantas deudas. Hacienda y Luxemburgo me reclaman cantidades que no puedo pagar».

Un enfrentamiento de 45 millones de euros por los que el juez le preguntó por qué no se hizo cargo de sus cuentas cuando fue mayor de edad. En aquel momento, Arantxa aseguró que: «tenía plena confianza en ellos», y que estaba centrada en su carrera deportiva.

Ver los comentarios