Dorsey en la izquierda este mes al anunciarse que será CEO. En el centro en 2013 y a la derecha este año
Dorsey en la izquierda este mes al anunciarse que será CEO. En el centro en 2013 y a la derecha este año - twitter/efe

La barba (polémica) de Jack Dorsey

Dick Costolo anunció este mes que dejaba su puesto como consejero delegado de la empresa de microblogging, y que su lugar lo ocuparía, una vez más, Dorsey, quien combina su pasión por la tecnología con su gusto por la moda

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Desde 2011 y hasta ahora, el mando ejecutivo de Twitter ha estado en manos de Dick Costolo, un programdor y comediante que llegó a la empresa por recomendación de Ev Williams, y le terminó arrebatando el puesto. Tras lidiar con las cifras que poco complacen a los inversores, Costolo anunció este mes que dejaría su puesto de lado, y que le sustituiría Jack Dorsey.

La barba de Dorsey ha llamado más la atención que su nombramiento como CEO de Twitter, puesto que ya ocupó en la empresa hasta el año 2008, una decisión que, según describía Nick Bilton en «La verdadera historia de Twitter», le sentó muy mal ya que pensó que se había tratado de una traición.

Desde «The New York Times»

creen que la barba de Dorsey es una declaración abierta de que no se trata del mismo Jack con problemas de socialización que entró en la empresa y que luego abandonó para seguir sus aspiraciones profesionales.

La barba incluso ha sorprendido a la madre de Dorsey, que es una ávida usuaria de Twitter. «Por si interesa, no soy fanática de esa barba. Jack tiene un rostro agradable, me gustaría verlo», escribió su progenitora. En Twitter en aparecido cuentas dedicadas a mofarse, alabar o simplemente destacar el vello facial del directivo (@JDorseysBeard, @jackdorseybeard y @DorseysBeard)

¿Más que vello facial?

Pero ¿por qué ha llamado tanto la atención de la barba de Dorsey? El «NYT» apunta que quizás no haya ninguna razón intencionada de Dorsey en mostrarse así, y simplemente sea una apariencia más en su abanico de «looks», ya que a Dorsey le ha gustado jugar con su aspecto, y también le encanta el mundo de la moda.

Mucho dista el Dorsey actual del que llegó a California en 1999. En ese momento usaba «rastas» azules, y después usó un aro en la nariz. Tras ingresar a Twitter, le «obligaron» a desprenderse del piercing, y empezó a usar camisetas con mensajes desafiantes y pasamontañas.

Poco a poco fue puliendo su apariencia y se interesó por el negocio de la moda. De hecho, ese sería uno de los detonantes que motivaron su salida como CEO. Bilton, en el libro antes citado señala que desde 2006, Dorsey le expresó a uno de sus compañeros que renunciaría a la tecnología para convertirse en diseñador de moda. Empezó a irse temprano de la oficina, y a ser menos responsable en Twitter, ya que prefería ir a clases de diseño que afrontar los problemas de la empresa.

Coqueteo con la moda

Tras su salida no se convirtió en diseñador de moda y tampoco dejó la tecnología, sino que creó otra compañía, Square, especializada en pago por móvil. Y con esta compañía empezó a vestir diferente, con trajes impecables costosos y camisas de diseñadore de alta costura.

Por ejemplo, no se separaba de las camisas azules y blancas de Dior Homme (siempre con el cuello levantado), combinadas con pantalones de Scott Morrison, a 1.200 dólares la pieza.. También se mostraba en público con trajes y zapatos de Prada. Dorsey volvió a Twitter en 2011 como parte de la junta directiva. En la salida a bolsa de la empresa, vistió un traje negro hecho a medida, con corte de cabello casi militar.

Ahora, su look se enfoca en su abultada barba, tendencia en la moda actual, entre hipsters y lumbersexuales. Desde «NYT» hacen dos lecturas de la polémica con la barba. Por un lado creen que la barba es un cambio más en la apariencia de Dorsey, y eso lo ha sido vinculado con su «inconsistencia» como líder de una empresa, lo que lo hace «impredecible», algo que no agradaría a los inversores. Pero por otra parte, el mismo vello facial abundante puede que haya sido visto como su voluntad de cambiar, y mostrarse más seguro, algo que se relaciona con la toma decisiones en momento de riesgo y una mirada poco convencional de la empresa, que todavía sigue luchando por alcanzar buenos resultados financieros que reporten las ganancias deseadas por inversores.

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