Karl Lagerfeld en el Baile de la Rosa de Mónaco
Karl Lagerfeld en el Baile de la Rosa de Mónaco - afp

Karl Lagerfeld asegura que no hay nada que ver (ni hacer) en Nueva York

El diseñador también habla de los 3 millones de euros que se ha gastado en tratamientos para su gata Choupette

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Con más de seis décadas dedicado al mundo de la moda, Karl Lagerfeld ha viajado por todos los continentes y capitales del mundo. A esta leyenda viva no hay nada que le impresione, incluso en Nueva York.

«En Nueva York no hago nada. No veo nada, hago todo desde mi habitación en el Mercer, trabajo en mi escritorio y tengo a Choupette -su gata- haciéndome compañía», comentaba a la revista «The Cut». Y añadía: «Me imagino el mundo desde mi ventana».

«Viajar es una pesadilla en la actualidad. Los aeropuertos y los selfies de la gente... Me gusta quedarme en casa y leer», comentaba el artista tajantemente, una actitud que mantiene cuando le preguntan sobre los libros que se lleva a la cama: «No voy a hablar de eso.

Me gusta leer biografías, libros de historia y cosas filosóficas. Pero es para mi uso privado y no para que la gente diga: 'Oh, qué inteligente es este hombre estúpido'. Yo no mantengo una conversación intelectual. Soy superficial, sólo soy un diseñador de moda. Los diseñadores de moda miran las revistas de moda, ¿no?».

Algo de lo que estaba más dispuesto a hablar, era de Choupette, con quien ha invertido 3 millones de euros por dos sesiones de fotos el año pasado. «Ella tenía algo único», dijo Lagerfeld. «Ella es como un ser humano, pero lo bueno es que es silenciosa. Ella odia a otros animales y a los niños, permanece siempre conmigo y tiene dos criadas personales que juegan con ella». Las dos mujeres que pasan el día con ella «tienen que cuidar de su hermoso cabello blanco y los tratamientos de belleza para los ojos. Ella es el centro del mundo y una inspiración para la elegancia».

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