Isabel Preysler junto a su marido, Miguel Boyer
Isabel Preysler junto a su marido, Miguel Boyer - efe

Isabel Preysler, media vida junto a Miguel Boyer

Ejemplo de elegancia, la socialite se casó en 1988 con el político, con quien tuvo una hija

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El 28 de febrero de 2012, Miguel Boyer sufría un ictus. Comenzaba una etapa complicada del político socialista, que tuvo que someterse a una dura rehabilitación para evitar las secuelas de la enfermedad. En verano de ese mismo año, medio año después del delicado momento, Boyer ofrecía una entrevista donde era claro: «Gracias a mi mujer me he salvado». Se refería a Isabel Preysler, la mujer que prácticamente ha pasado la mitad de su vida junto a él.

Casada con Julio Iglesias en 1971, de quien se divorció en 1978, antes de que Boyer y Preysler comenzaran una relación, la socialite había estado casada en segundas nupcias con Carlos Falcó. De hecho, los primeros rumores de noviazgo con el político saltaron a la palestra cuando todavía no se había divorciado de su segundo marido.

Aunque lo llevaron con discreción, en marzo de 1986 fueron pillados por los paparazzi. Dos años después, el 2 de enero de 1988, la pareja se casaba en la más estricta intimidad, aunque no pudieron evitar que les fotografiaran saliendo del Registro Civil. Por su parte, Boyer se había divorciado en 1985 de su primera esposa, la ginecóloga Elena Arnedo, con quien tuvo dos hijos, Miguel y Laura.

De esta unión nació la única hija de la pareja, Ana, que se licenció en Derecho en junio de 2013 y que siempre ha huido de una imagen de «niña de papá». Aquel día de puesta de largo tras el fin de sus estudios universitarios en ICADE, su padre no pudo acompañarla, ya que seguía recuperándose de la enfermedad. « Hay que tener mucha paciencia y todos nosotros estamos muy pendientes de él», explicaba una semana antes de su graduación.

En aquella entrevista tras el duro golpe, Isabel reflexionaba sobre cómo puede cambiar la vida «en cuestión de segundos». Y mientras lo decía, se destacaba cómo estaba pendiente de él, de que posara bien para las fotos: elegante y sonriente. Tanto ella como su hija afirmaban que nunca olvidarían la gran cantidad de muestras de cariño que recibieron, el mismo cariño que supieron dar en vida al que fuera primer ministro de Economía de Felipe González.

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