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Un momento del inicio de la fiesta, en el ático de la estación de Chamartín - ABC

La última fiesta de Miguel Ángel Flores: «La pista de baile estaba llena de gente, casi no te podías mover»

El Ayuntamiento y Adif permiten que la empresa de Flores organice otra fiesta sin licencia para discoteca

Madrid Actualizado: Guardar
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La empresa para la que trabaja Miguel Ángel Flores, el condenado por la muerte de cinco chiquillas en el Madrid Arena, lo ha vuelto a hacer. Y esta vez, con más público y estruendo que nunca. Organizó la noche del sábado una fiesta en modo discoteca, Matrix. Y todo, con una licencia de restaurante-espectáculo (almuerzo o cena con un «show» de variedades, pero sin pista de baile) y con la negativa expresa en el contrato de alquiler firmado con Adif de que en el recinto, ubicado en el ático de la estación de Chamartín, no se pueden celebrar ese tipo de eventos. A riesgo de la rescisión inminente del contrato.

La sesión se celebró en LAB, uno de los espacios de MEEU (que es como han rebautizado el complejo que en su día acogía la discoteca Macumba de Flores), hasta las 6 de la mañana.

ABC ha tenido acceso a vídeos de la fiesta y testimonios de personas que participaron en ella, y no dejan lugar a dudas: « Era una discoteca en toda regla, como la Wee [una conocida sesión electrónica para un público similar] que se hace en La Riviera». Con la salvedad de que esta última sí tiene el permiso para organizar conciertos y eventos como el del sábado en LAB.

«La zona de baile estaba ‘petada’, llena de gente, no había casi por donde moverse», explica uno de los jóvenes que acudió. Otro añade que «incluso se quedaron sin entradas en las taquillas. No había más para vender, y mucha gente se quedó fuera». Los precios eran populares, aunque quienes desearan contratar un reservado con botellas de alcohol debían abonar 150 euros. Por cierto, de cena, nada.

En esta ocasión, a diferencia del evento que el Grupo Alonso, para el que trabaja el condenado Flores, no se veía a gente fumando por el local. «Pero sí a chavales que se habían ‘metido’ de todo, drogados». Además, al entrar, los porteros se quedaban con el tique de entrada y lo cambiaban por el cupón para la consumición incluida en el precio normal.

También pudo verse a la Policía Municipal; es más, realizaron una inspección y levantaron acta de ello, indicaron a este periódico fuentes consistoriales. El pasado diciembre, el edil de Seguridad, Javier Barbero, advirtió de que estarían muy vigilantes de que se cumplieran las ordenanzas. Hay otro evento similar para el próximo día 22.

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