La lucha por el ayuntamiento de Madrid, sin noticias de Rajoy

Los estrechos márgenes para obtener hoy mayorías para hacerse con el Ayuntamiento de la capital de España, cargan de razón a los que exigen un nombre ya para que tenga tiempo de foguearse en Madrid

El portavoz municipal del PP, Martínez Almeida (tercero por la izquierda) junto al vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado (segundo por la izda), en las quinielas para 2019 ERNESTO AGUDO
Mayte Alcaraz

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Hay pocas razones para que el PP no señale ya a su candidato para arrebatar a Manuela Carmena la Alcaldía de Madrid. La más importante, por poco científica que parezca, es que a Mariano Rajoy no le gusta «quemar» a sus cabezas de cartel . Corre el chascarrillo por Génova de que si por él fuera, y la ley no exigiera conocer las candidaturas un mes antes, presentaría a sus aspirantes el día después de las elecciones. El nombre de Cristina Cifuentes para encabezar la Comunidad de Madrid se conoció frisando los plazos. Lo mismo ocurrió con la polémica candidatura de Esperanza Aguirre.

La tesis del presidente es que si el aspirante tiene notoriedad, nada se gana con pasearlo muchos meses antes. Sin embargo, los estrechos márgenes para obtener hoy mayorías para hacerse con el Ayuntamiento de la capital de España , cargan de razón a los que exigen un nombre ya para que tenga tiempo de foguearse en Madrid. Sobre todo, una vez que se ha constatado que la fractura interna en la marca madrileña de Podemos es cada vez más grande, tras el cese del concejal Sánchez Mato. Construir un liderazgo requiere tiempo que, a juicio de muchos dirigentes populares, se está perdiendo.

A menos de un año y medio de los comicios, el esforzado y eficaz trabajo del portavoz Martínez Almeida , que sustituyó a Aguirre, y un puñado de quinielas es lo único que se sabe de la plaza electoral más importante de España. La quiniela que más apuestas recibe es la de Pablo Casado , vicesecretario de Comunicación del PP. Cuenta con el apoyo público de la que sería su compañera de ticket, Cristina Cifuentes, y Rajoy lo ve bien. O no. Porque tampoco dejan de sonar dos senior de la política, como el ministro Méndez de Vigo o la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría , que fue incluida en las encuesta internas de 2015, pero finalmente descartada tras la elección de Aguirre, opción personal de Rajoy que privadamente ha reconocido como un error. Sobre todo tras comprobar que su errática campaña polarizó el voto y el antiaguirrismo se refugió en la ignota jueza populista, llevándola al Palacio de Cibeles.

Al nuevo PP de Madrid, que encabeza Cifuentes, le falta la joya de la corona, la pieza con la que sueñan los dirigentes del PP: re cuperar la Alcaldía de Madrid , la institución que más han mimado los presidentes populares y que atesoró el PP durante 24 años . El viejo PP de Aguirre y de los recién excarcelados Ignacio González y Francisco Granados son ya historia, es verdad que dolorosa mientras los sumarios sigan abiertos.

Pero la forma de pasar página es encajar pronto la última ficha. La nueva época de la que han presumido Rajoy y Cifuentes no arrancará en tanto el partido no visualice el rostro de su futuro. Con Podemos desmembrado, el PSOE madrileño dinamitado por los errores de Pedro Sánchez, perder el tiempo es darle bazas a Ciudadanos y a su amenazante sombra sobre el PP. En Cataluña. Y en Madrid.

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