Es la sombrerería en actvo más antigua de España
Es la sombrerería en actvo más antigua de España - BELÉN RODRIGO
Negocios centenarios de Madrid

La histórica sombrerería de los bombines de Sabina y los Payasos de la Tele

Medrano va camino de cumplir 200 años fabricando boinas, sombreros, gorras, chisteras, bombines, monteras e incluso turbantes. Una pieza clave en nuestro vestuario aunque no siempre se le da la importancia merecida

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Con frío o con sol, el sombrero es el mejor aliado para nuestra piel. Evita que se escapen el 40% de nuestras calorías durante el invierno y nos protege de los rayos de sol más intensos en el verano. Este es el principal mensaje que transmiten desde Medrano, la sombrerería en activo más antigua de España, abierta en 1832. Y ya que nos conviene llevar tapada la cabeza, «mejor si lo hacemos con algo bonito, de ahí la variedad de modelos existentes tanto para hombre como para mujer», explica a ABC María Luisa, quien junto a su marido y a su hijo, Beltrán y Héctor Medrano, se ocupan del taller y de la tienda situada en la calle Imperial nº 12.

Esta tienda es ahora una referencia en España y en el extranjero, con pedidos específicos que llegan incluso desde Hollywood. Boinas, sombreros, gorras, chisteras, bombines, monteras e incluso turbantes para taparse la cabeza buscando siempre un toque de elegancia y con una buena relación calidad – precio.

La familia Medrano se quedó con el negocio en 1973. «Mi abuelo tenía una sastrería en frente, y era amigo del anterior dueño. Al jubilarse le vendió el negocio», explica Héctor. Por entonces la tienda no atravesaba uno de sus mejores momentos. Con los años, el anterior propietario había ido abandonando poco a poco los quehaceres y la familia Medrano ha sido la responsable de reactivar el negocio. Indagando en la documentación antigua descubrieron que el local se abrió en 1832, «antes de lo que siempre se había creído», de la mano de Don Bernardino Abial y Roda. Otras tres familias han llevado las riendas de la sombrerería antes de la llegada de los Medrano. «Fue siempre una tienda conocida. En 1930 y 1940, por ejemplo, se vendían muchos sombreros para curas y monaguillos, porque además de haber muchos, todos usaban sombreros». Fue igualmente referente en el mundo académico.

Además de reactivar las vendas se abrieron a nuevos mercados, sobre todo al mundo del cine, del teatro y de la televisión. «Mi marido es el artesano, quien aprendió el oficio desde pequeño, junto a profesionales ya mayores», aclara María Luisa. Está al frente del taller, y tanto ella como su hijo le echan una mano al tiempo que atienden la tienda y los muchos otros quehaceres del negocio. Guardan en secreto la manera artesanal de confeccionar estos sombreros, «algo casi único en el mundo». Con la llegada de la familia Medrano hace ya más de 40 años se renovó la producción y están siempre atentos a las últimas tendencias. Utilizan distintos materiales, sobre todo fieltro de lana y de conejo. «Hoy en día hay calidades muy buenas, sombreros impermeables y muy maleables que no pierden su forma original», explican los dueños. En un día es difícil acabar cualquier modelo «porque cada proceso lleva su tiempo y se van haciendo por fases». Eso sí, hay algunos como los regionales, que son mucho más laboriosos.

Estar a la moda

Existen al menos 300 referencias diferentes de sombreros para señora y otras tantas para caballero, donde hay menos variedad de modelos pero más colores. Conservan hormas antiguas y otras que van creando para estar siempre a la moda. «Además, tratamos de responder a los pedidos de los clientes para que pueda combinar con otras prendas de su armario», explican los dueños. Aseguran que a la hora de elegir un modelo no hay una regla fija, pero por lo general, quien tiene la cabeza redonda le sienta mejor un ala grande y para la cabeza pequeña un ala corta. «Pero hay a quien le siente todo bien», asegura María Luisa.

Modelo Audrey Hepburn
Modelo Audrey Hepburn - B.RODRIGO

Con los años las costumbres han cambiad en España. «Antes se vendía mucho la boina castellana, por ejemplo, y ya no», recuerdan en Medrano, mientras que ahora «la gorra entre los señores se está extendiendo más, también de una forma informal, con un modelo más moderno», señala Héctor. Otro cambio, el gorro de lluvia, «hace unos años eran modelos que a nadie sentaba bien pero ahora hay mucha variedad». Desde Medrano evitan hablar de «la moda de llevar sombrero» y sí de «la necesidad» porque como clientes llegan muchas personas a quienes su médico les ha aconsejado protegerse de sol y del aire. «Vendemos sombreros para proteger la piel», recuerda la dueña, «en verano debería ir tapado todo el mundo», añade. Eso sí, cree que es importante que la gente se sienta bien «y guapa». Los precios no deben echar para atrás porque en Medrano existe un abanico muy amplio, siempre usando buenas calidades. Las gorras cuestan entre 18 y 40 euros y los sombreros entre los 30 y los 105. En verano los precios suelen ser algo más baratos, por los materiales utilizados. Por ejemplo, el famoso sombrero de Panamá, se encuentra aquí a partir de 40 euros, «quienes más barato lo vendemos». Hay modelos clásicos y otros más modernos. También busca diferenciarse con nuevos modelos, como uno de los utilizados por Audrey Hepburn en el cine que ha resultado todo un éxito entre las mujeres.

Clientes

Esta sombrerería trabaja para muchos artistas españoles que utilizan sombreros en sus actuaciones. Con sus manos han hecho muchos bombines para Joaquín Sabina, sobre todo para su última gira, y fueron bastantes. También los bombines de los payasos de la tele (toda la familia de Miliki) proceden de su taller, o una de las chisteras que usó Marta Sánchez en uno de sus espectáculos y que fue muy mediática. Pasan también muchas productoras de series y películas. Es el caso de series como La República o El ministerio del tiempo o de películas como una muy reciente, Llamadme Francisco. También Hollywood ha llegado hasta aquí, en la película del Ché, por ejemplo. Musicales como Hoy no me puedo levantar y obras de teatro como The hole. Entre los pedidos más extraños que han recibido, «una chistera para el musical A marte cabaret», recuerda María Luisa.

Aquí también se ocupan de realizar los sombreros que llevan los embajadores durante la ceremonia de la presentación de las cartas credenciales. Y otros muchos modelos solicitados para recreaciones históricas por todo el país. «Uno de los más pedidos es el de Napoleón», afirman en la tienda. Y no faltan los clientes habituales ni los turistas. «Corre la voz entre ellos, porque aquí aplicamos precios muy justos, con poco margen, y no precio de turista», puntualiza Héctor. Es algo que les distingue, la calidad y el precio justo, y así quieren que siga siendo, además de conservar para la ciudad de Madrid uno de los oficios ya prácticamente desaparecido.

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