Guantes Luque fabrica todo tipo de guantes de forma artesanal
Guantes Luque fabrica todo tipo de guantes de forma artesanal - BELÉN RODRIGO

El secreto de los guantes que han conquistado Hollywood

Una centenaria tienda de Madrid se ha convertido en lugar de peregrinación de los mejores estilistas por sus diseños artesanales

Madrid Actualizado: Guardar
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De diferentes tamaños, colores y materiales, no hay modelo que falte en Guantes Luque, la tienda de Madrid donde fabrican y venden todo tipo de guantes realizados de forma artesanal. Es lo único que hay, ni un complemento más, solo guantes. Su fama es reconocida en todo el mundo y hasta esta tienda se acercan los mejores diseñadores de muchos países. De aquí salen los guantes que se utilizan en muchas películas, obras de teatro, anuncios y series de televisión, nacionales e internacionales. Hasta Hollywood han llegado.

La actriz de Lily James, en su reciente papel de Cenicienta, luce un par de guantes de Luque, donde también se diseñan los modelos que cada semana aparecen en la serie Velvet. «Por aquí pasa gente de todo el mundo, fabricamos guantes para los mejores estilistas», explica a ABC Álvaro Ruiz, propietario del local.

Heredó hace diez años el negocio familiar de sus tías abuelas e intenta seguir esta tradición que representa además el mantenimiento de un gremio casi en desaparición. «Lo más difícil es encontrar costureros que cosan los guantes a mano», reconoce Álvaro, «el oficio de guantero está a punto de desaparecer», añade. Es la tercera generación al frente de la tienda aunque hubo un salto generacional ya que no pasó por su madre.

En 1912 Juan Antonio Luque se quedó con el negocio de guantes que existía desde 1886 en la Puerta del Sol. Luque registró la marca de sus guantes en 1927 y se instala en la calle Espoz y Mina y en la calle San Sebastián, un segundo local que cierra en los años 50. «La tienda sigue intacta desde 1953, año en el que se casó una de mis tías y se hicieron obras», aclara el propietario. Muebles antiguos, una máquina registradora de casi cien años, escasa decoración y guantes por todos lados. Decoran los escaparates antiguas máquinas de coser «que siguen funcionando». El logo de la marca son dos perros peleando por un guante. Lo diseñó el dibujante Enrique Herreros, conocido por su trabajo en La Codorniz y por ser uno de los modernizadores de la Gran Vía Madrileña. «Fue el mejor amigo de Carlos Luque (hijo de Juan Antonio) y hay varios cuadros de él en la tienda», afirma el propietario.

Un buen complemento

La tienda pronto ganó fama por la calidad de los tejidos utilizados en la confección de los guantes y por el gran surtido existente. En las galas de «Miss España» de los años 30 todos los guantes que complementaban los vestidos de las jóvenes se hacían en Guantes Luque. Extremadamente discreto, Álvaro Ruiz prefiere mantener el anonimato de sus principales compradores. «Para mí todos los clientes son igual de importantes», destaca. Reconoce que por allí pasan muchos de los grandes diseñadores para completar sus modelos. Como gran apasionado de la moda, «intento aconsejar y dar mi opinión. Soy bastante clásico en este campo, para mí cuanto más sencillo más elegante es un guante». Álvaro Ruiz recuerda que «un mal vestido con buenos complementos cambia mucho».

Tampoco habla de precios, aunque varían muchos según el material elegido. La piel de Suecia es la más cara que utilizan y el género que tienen procede de España, Sudamérica y África. La piel más utilizada es la de cabritillo nacional. Existen miles de modelos, más para mujer que para hombres, y el color negro es el más solicitado. El secreto de este negocio «es tener una buena materia prima y costureros que llevan muchos años haciendo guantes».

Entre los consejos que da a la hora de usar guantes está el de «no lavarlos en la lavadora, siempre con jabón pero con la mano metida, secarlo al revés y ponérselos otra vez antes de plancharlos». A la hora de probarse los guantes, los mostradores de la tienda cuentan con pequeños cojines para apoyar el codo y así poder estirar bien la mano. También sigue usando una especie de palos que sirven para ensanchar los guantes.

Es muy habitual que por la tienda se acerquen clientes que han perdido uno de los guantes. «Son muchísimas las personas que los pierden. No hacemos un único guante, sino el par, pero si les gustaba mucho es una forma de poder tenerlos otra vez igual».

Por estas fechas hay mucho movimiento en la tienda porque «el guante es un clásico de las Navidades. Un regalo bonito, elegante y práctico». Y los guantes no pasan de moda.

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