Un centenar de maceteros devolverán los árboles a la Plaza Mayor un siglo después

Hasta un centenar de maceteros con árboles de tamaño medio devolverán a la Plaza Mayor parte de la apariencia ajardinada que tuvo hasta mediados del siglo XX. Los ejemplares, de cuya instalación y mantenimiento estará exento el Ayuntamiento, se situarán junto a las pilastras de granito que sostienen los singulares soportales de la plaza. La ubicación, según los solicitantes de esta iniciativa, se hará «de forma inminente».

La instalación de estos árboles surge por una propuesta similar que ya se puso en marcha durante la pasada Navidad. La Asociación de Amigos del IV Centenario de la Plaza Mayor y la Asociación de Hosteleros del enclave solicitaron entonces al Consistorio que cediera algunos ejemplares sin uso en viveros municipales. Así, durante las fiestas se situaron más de sesenta ejemplares alrededor del tradicional mercadillo.

El presidente de la Asociación de Hosteleros, José Antonio Aparicio, sostiene que es un proyecto «modesto» encaminado a «reducir la aridez de la plaza casi todo el año». La medida se enmarca entre las actuaciones de la comisión del IV Centenario de la Plaza Mayor, que se celebra este año.

El gran objetivo es que el emblemático espacio recupere parte de la identidad que lo caracterizó hasta la última obra, en los años 70, con la construcción del aparcamiento subterráneo. La colocación de estos cien maceteros remite a la premisa de igualar a la plaza con otras homólogas europeas, como la Place Vendôme de París. Las jardineras, adosadas a las pilastras, contendrán tuyas, una especie conífera de la familia de los cipreses. Según fuentes de la asociación, cada unidad tendrá una altura aproximada de unos 2 metros de alto.

Instalación «inminente»

José Antonio Aparicio explicó a ABC que la instalación de los maceteros será «inminente». «En los viveros ya están avisados y, tan pronto como acaben otros eventos, procederemos a su ubicación», aseguró. Los árboles, situados de forma alterna en las columnas, serán regados y conservados por las asociaciones. «Es una muestra más de la colaboración público privada de asociaciones independientes», apuntan fuentes de la Asociación de Amigos.

La Plaza Mayor, uno de los símbolos del viejo Madrid, cuenta en la actualidad con una apariencia muy distante de la original. Pese a que conserva intactos varios elementos singulares, como la fachada, los soportales o la Casa de la Panadería, ahora es un espacio casi diáfano, sin una sola sombra natural. Los árboles desaparecieron progresivamente con la llegada del transporte. Los tranvías, primero, y los coches y el aparcamiento, después, dejaron atrás la imagen ajardinada del espacio, con altos y rubustos ejemplares.