Ciudadanos votando en Madrid en las elecciones generales de junio de 1977
Ciudadanos votando en Madrid en las elecciones generales de junio de 1977 - Luis Ramírez
Transición Española

La sociedad que dejó el franquismo: un 27% de centro y un 31% de izquierdas

En 1978, apenas el 9% de los españoles decían ser de derechas

Madrid Actualizado: Guardar
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Tras casi 40 años de dictadura franquista, España se declaró mayoritariamente de centro y de izquierdas. Fue el perfil sociológico mayoritario que cundía entre los españoles en los años de la Transición y que pusieron de manifiesto los periódicos estudios que realizaba el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en aquellos años.

La llegada de la democracia tras la muerte de Franco hizo aflorar un pensamiento político que se había ido incubando en la recta final de la dictadura y que había tenido un caldo de cultivo fundamental en el aperturismo y el crecimiento económico que apuntalaron una progresiva expansión de la clase media.

La España que dejó Franco no era de derechas. Quedó claro en las primeras elecciones democráticas.

Lo comprobaron en las urnas la ultraderecha de Fuerza Nueva y los grupos de Falange. Y lo sintieron también los partidos moderados de la derecha democrática recién estrenada y tejida por políticos curtidos en el régimen anterior.

Por ejemplo, Alianza Popular tuvo que conformarse con 16 de los 350 escaños del Congreso en las elecciones de junio de 1977, frente a los 20 que obtuvieron los comunistas del PCE, los 118 del PSOE o los 165 de UCD.

En 1978, las distintas encuestas del CIS confirmaban que los españoles se inclinaban mayoritariamente por el centro y por la izquierda. La derecha era una posición ideológica minoritaria cuando ni siquiera habían pasado tres años de la muerte de Francisco Franco.

A principios de 1978, solo el 8,6% de los españoles se confesaban de derechas -los de extrema derecha no pasaban del 0,4%-, frente al 30,8% que se declaraban de izquierdas -2,8% de etrema izquierda-, y un 27,3% que se definían extrictamente de centro.

Los datos dejan una curiosidad: aun siendo claramente marginales los extremismos a pie de calle, la extrema izquierda tenía un peso siete veces superior que la extrema derecha entre la ciudadanía. Cuando menos eso es lo que apuntaban los datos del CIS en aquella encuesta de principios de 1978 en la que un 13,8% de los encuestados se negaron a contestar para no desvelar su ideología, y otro 19,5% optó por decir que no sabría decir exactamente cuál era su ubicación ideológica entre izquierda y derecha.

Ese mapa sociológico se mantuvo durante prácticamente toda la Transición. Así, por ejemplo, a finales de 1979 el centro seguía concentrando al 26,2% de los españoles, mientras que casi un 37% se declaraban de izquierdas y en torno a un 12% de derechas -el resto, casi un 25%, optaban por el «no sabe» o «no contesta»-.

Haciendo un cómputo de conjunto, esas encuestas permiten -como permitieron en aquel momento- calcular la ideología media de la sociedad española. En una escala de 1 a 7 (siendo 1 extrema izquierda y 7 extrema derecha), los españoles arrojaban una media de 3,6 durante el período comprendido entre 1978 y 1979. Es decir, una sociedad de centro-izquierda.

Las elecciones permitieron confirmarlo en las urnas. Entre el centro (UCD) y la izquierda (socialitas y comunistas) acapararon 309 de los 350 escaños del Congreso en las primeras elecciones democráticas de junio de 1977. En las de 1979 la suma de los partidos nacionales de centro y de izquierda acapararon 312 escaños.

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