La Borriquita de la Cofradía de Dolores, primer paso cargado por mujeres en Ferrol hace treinta años
La Borriquita de la Cofradía de Dolores, primer paso cargado por mujeres en Ferrol hace treinta años - CEDIDA

La Semana santa gallega sigue recuperando vigor

En Ferrol y Viveiro la celebración de la Semana Santa alcanza la mayor dimensión de la Comunidad, pero son muchas las ciudades y pequeñas localidades donde las procesiones cobran relevancia

Santiago Actualizado: Guardar
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Galicia es cada vez más cofrade. El fenómeno no es exclusivo de las grandes semanas santas de la Comunidad, Ferrol y Viveiro, y aunque pasa de puntillas por algunas ciudades, lo cierto es que la relevancia de las hermandades y sus procesiones va en aumento. De esta realidad son conscientes desde los pastores de la Iglesia hasta los políticos y los hosteleros, cada cual desde su ámbito y en busca de diferentes repercusiones. Incluso cargos públicos como los alcaldes de Ferrol y de Santiago, no especialmente cercanos a esta realidad social, parece que van descubriendo el arraigo de esta celebración popular heredada desde hace siglos en algunos casos. En aquellos lugares donde un sacerdote cuida y estimula la religiosidad popular y un alcalde trata de aprovechar su potencial se producen recuperaciones y esfuerzos de mejora como los observados en localidades como O Carballiño, Fisterra, Oímbra o Noia.

«A través de vuestros padres y abuelos, de otros cofrades, de vuestros consiliarios y párrocos, de vuestros vecinos y amigos, habéis recibido un don que tenéis en lo profundo de vosotros. Celebro este don que hemos de cultivar en todos los momentos de la vida y que se intensifica en algunos, como la Semana Santa». Son palabras del nuevo obispo de Mondoñedo-Ferrol, Luis Ángel de las Heras, que se dirige por primera vez a los integrantes de las hermandades tanto de Ferrol como de Viveiro (pese a pertenecer a provincias distintas forman parte de la misma diócesis) en sus respectivas revistas oficiales. En Viveiro, casi el 25 por ciento de los vecinos participa activamente en alguna procesión. De sus 15.000 habitantes, 3.500 están integrados en alguna de las ocho cofradías que ponen en las calles hasta quince desfiles. Promueven también hasta tres exposiciones simultáneas y la posibilidad cada vez más cercana de contar con un museo donde exponer su patrimonio durante todo el año. Unos 3.200 son en Ferrol, con cinco hermandades y casi veinticinco cortejos que, como los de A Mariña, han alcanzado la distinción de Interés Turístico Internacional. Después de casi tres lustros en los que se han incorporados numerosas tallas, este año la gran novedad es la normalización de relaciones con el Concello. Atrás queda la tensión que provocó la llegada del rupturista Jorge Suárez a la Alcaldía hace casi dos años y sus desacertadas declaraciones hacia las hermandades.

Metas y rectificaciones

En los últimos días se ha visto también al responsable de las cofradías de Santiago ofrecer una rueda de prensa con la concejala de Turismo, Marta Lois, hombro con hombro para obtener el título de Interés Turístico de Galicia, una iniciativa que en 2015 el gobierno municipal de Compostela Aberta no había apoyado. En la capital gallega, una de las cofradías más activas y más recientes, la de la Humildad, ha convocado un concurso para intentar que los balcones de la ciudad se engalanen. En La Coruña, aunque el movimiento es más tímido, no reciben ningún apoyo, ni siquiera la cesión de la banda municipal para acompañar a algunos pasos.

De Interés Turístico de Galicia son ya las semanas santas de Cangas y la de Paradela (en Meis, con escenificaciones en las que participan lugareños), ambas en Pontevedra, y la del concello coruñés de Fisterra, donde trabajan por subir un peldaño después de haber creído erróneamente que ya disfrutaban de la declaración de Interés Nacional. Cangas, que el pasado septiembre acogió un congreso de cofradías de toda España y que también persigue ese nivel, incorpora una nueva imagen y tiene tres pasos más en proyecto.

«Boom» en el rural orensano

Un «boom» cofrade especialmente llamativo se produce en dos concellos de Orense. En O Carballiño, con la Cofradía de la Vera Cruz al frente desde hace una década, se suma este año el paso de A Borriquiña, ejecutado por el imaginero sevillano Manuel Madroñal Isorna. Ya en 2015 llegaron también el Señor de la Sentencia y María Magdalena y por primera vez ha organizado un pregón de Semana Santa, a cargo de fray José Rodríguez Carballo, secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada. Además, 2.000 piezas de Playmobil recrean en una exposición la Pasión para los niños.

En Oímbra, en la frontera con Portugal, resucitan desde hace cuatro años sus procesiones, que estuvieron sin celebrarse casi 35 años. Su actual párroco ha incentivado su recuperación implicando a su feligresía, que busca fotografías antiguas en sus casas y cose nuevos trajes y hábitos. En Noia, en La Coruña, también su sacerdote ha permitido la restauración del acto del Desenclavo tras medio siglo de ausencia.

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