Los dirigentes del BNG, Goretti Sanmartin y Rubén Cela, ayer en Santiago
Los dirigentes del BNG, Goretti Sanmartin y Rubén Cela, ayer en Santiago - EFE

El Bloque ablanda su discurso y aparca la autodeterminación

El frente centrará sus tesis en las «cosas de comer» durante su XVI Asamblea Nacional

Santiago Actualizado: Guardar
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El BNG cambia la melodía de su canción. En la Asamblea Nacional prevista a finales de marzo, el frente revestirá su discurso con una pátina de pragmatismo para ensanchar su «base social y electoral». Será el epílogo del proceso de refundación iniciado hace un año. «Cuando hablamos de derecho a decidir, hablamos de cosas de comer», resumió ayer Goretti SanmartÍn, responsable de Organización. El partido atemperará el soberanismo más clásico y lo incorporará a las banderas que Ana Pontón agita con asiduidad en el Parlamento: recuperación de la titularidad de la AP-9, tarifa eléctriCa propia o la mejora de la financiación autonómica.

El congreso nacionalista — «En Bloque hacia un tiempo nuevo», será el lema— conmemorará los treinta y cinco años de historia de la marca pero aparcará parte de los principios ideológicos y el análisis histórico que la diferenciaron durante décadas.

Y se debe fundamentalmente a que la Galicia de 1982, cuando se fundó el BNG en el frontón de Riazor, ya no es la de hoy. «Cambiaron muchas cosas en poco tiempo, en términos económicos, demográficos, lingüísticos o en la forma de entender la participación política», aseguró Rubén Cela, responsable de Comunicación.

La mayoría de los cambios los absorberá el discurso. Uno «más claro y directo, con esa concreción en las necesidades de las personas y esa conexión social, sobre todo con las capas más jóvenes», sintetizó Sanmartin. Es otro de los puntales en los que se basa la política de Pontón, y que algunos creen que fue definitivo para evitar un cataclismo electoral —otro— en las pasadas elecciones autonómicas.

Más «efecto Pontón»

La dirección cree que la politóloga de Sarria es capaz de llegar más y mejor a la gente. «Está demostrando que tiene una capacidad política y de conexión con la sociedad gallega muy importantes», destacó Cela. Algunos de los documentos aprobados en los encuentros comarcales valoraron otorgarle un protagonismo especial. Aprovechar, al fin y al cabo, el rebufo del «efecto Pontón» que acuñaron en campaña y plantear una especie de pinza entre el presidente de la Xunta y la portavoz para anular la influencia de En Marea y el PSdeG en la agenda política de la Comunidad.

Pontón, además, se valdrá de la «Estrategia Galiza 2017-2022». Una hoja de ruta, con veinte propuestas, diseñada para sincronizar al tejido social del espectro nacionalista y agrupar a los ayuntamientos gobernados por formaciones afines.De hecho, el partido se redefinirá en esta asamblea como un «movimiento socio-político» que, en parte, recoja su nueva esencia: «El Bloque no puede ser solo una maquinaria electoral», subrayó Cela. Para ello, darán más protagonismo a su organización juvenil, Galiza Nova, y a los «referentes históricos», reciclados como docentes en sus planes de formación para la militancia.

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