Abriendo puertas al autismo

Un centenar de locales de Santiago se definen con pictogramas para facilitar la compra a personas con capacidades distintas

Pictogramas que facilitan la identificación de un negocio de pastelería y panadería en Santiago MUÑIZ

ROCÍO LIZCANO

La rigidez cognitiva y la hipo o hiper sensibilidad ante estímulos sensoriales asociadas al autismo pueden convertir la acción cotidiana de entrar a una tienda y comprar un dulce en una actividad compleja . Si además el establecimiento vende también otros productos ajenos a la pastelería la confusión será mayor, y si el escaparate está decorado con objetos no relacionados con su actividad principal la situación será definitivamente desconcertante para una persona con autismo. Las dificultades que los usuarios del centro Entelequia —muchos de ellos menores con autismo de alto rendimiento (asociado a un coeficiente intelectual alto)— encontraban a la hora de realizar operaciones básicas fuera de sus instalaciones de trabajo (como saliar a comprar algo de merendar) empujaron al equipo de educadores a actuar en su entorno inmediato, iniciando un proyecto de distribución de pictogramas para la señalización de los negocios próximos que, en la actualidad, ha sobrepasado expectativas y multiplicado su alcance. «Inicialmente nos dirigimos a panaderías, pastelerías y otros establecimientos del sector servicios, después pensamos en librerías, bibliotecas y espacios de ámbito educativo, y por último pensamos en locales sanitarios... pero una vez que fuimos colocando los pictogramas la demanda fue creciendo» , expone Yesshenia Vilas, coordinadora de este centro compostelano, especializado en el trabajo con niños con diversidad funcional. «Corrió el boca a boca de que esto, además de ser un paso hacia la inclusión, funcionaba a nivel negocio. Nos encontramos además con muchas personas sensibilizadas y que estaban muy al tanto de las necesidades específicas de las personas con autismo, lo cual fue una grata sorpresa», añade el director de Entelequia, Daniel Pregal.

En el mercado de puerta fría, expone Vilas, confluyen varios factores que dificultan la interacción de las personas con autismo: «La cantidad de colores que se mezclan les impide focalizar; los olores, si no se han trabajado previamente, pueden resultar impactantes, y por supuesto, está la dificultad de hablar con una persona desconocida y tener que hacerle ciertas preguntas». Desde la filosofía de que «los cambios pueden comenzar con pequeñas acciones en nuestro entorno más inmediato» , explica, el equipo de Entelequia comenzó a trabajar en el diseño de pictogramas que, ubicados en el exterior de los establecimientos facilitasen a usuarios con autismo información clave sobre el tipo de negocio que tenían delante.

Sobre la base de pictogramas elaborada por el Portal Aragonés de la Comunicación Aumentativa y Alternativa (Arasaac), los profesionales de Entelequia elaboraron carteles adaptados, en los que texto y dibujo, junto a un código específico de colores, ofrecen una explicación sintética que facilita la identificación del local. Los pictogramas se acompañaron también de un texto informativo, encaminado a aumentar el conocimiento de la población general sobre los trastornos del espectro del autismo.

«Son niños que son muy sorprendentes. Tienen mecanismos de asociación diferentes y cuando a eso le sumas un cociente intelectual de 145 o más pues hay una tendencia a racionalizar las cosas en exceso. Uno de estos niños puede estar haciendo ecuaciones de alto nivel, resolviendo un puzzle complejísimo o un constructo matemático imposible para cualquiera de nosotros, pero a lo mejor le dices «ponte las pilas» y te responde extrañado «yo no uso pilas». Lo que nosotros queremos es que se les conozca», señala Daniel Pregal.

Compañías implicadas

Bajo este proyecto, bautizado por sus promotores «Abriendo puertas a lo desconocido» , Entelequia ha distribuido ya 354 pictogramas en más de un centenar de negocios compostelanos. La semilla ha enraizado y la iniciativa original ha ampliado sus miras : desde negocios que a título individual han solicitado la colaboración del centro para identificar cada uno de los productos disponibles en sus expositores a cadenas de mayor tamaño que, interesadas en la experiencia de sus oficinas locales, evalúan exportarla a toda su red. «Tenemos tres empresas de ámbito nacional que se están planteando esta cuestión, y parece que todo va hacia delante. Nosotros somos una entidad con recursos limitados, hemos hecho esa tirada inicial de pictogramas forrados y a color. Ahora sería estupendo que las empresas se impliquen con sus recursos», apunta Yesshenia Vilas.

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