Toni Subiela - Peus de plom

Cerrado por vacaciones

«No hay vacaciones porque no se puede uno quitar de encima el rol de político; caminas por tu ciudad, atiendes las redes y a la gente»

Toni Subiela
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Llega el mes de julio y, de algún modo, percibes las cosas de otra manera. Sí, puede que estés trabajando igual o más que durante el resto del año, pero cuando termina el día, alentado tal vez por las horas de luz restantes, aún sacas fuerzas de donde no creías tenerlas para tomarte algo con la familia o las amistades.

Desde el mundo de los autónomos, la verdad es que siempre he envidiado sanamente, ese mes de vacaciones que tenían algunas personas cercanas a mí. Pero no, pertenecer a la PYME no lo permite, en verdad una persona trabajadora por cuenta propia suele tener descanso cuando escasea el trabajo.

En agosto solemos decir que el mundo se para, pero sin embargo algunos continúan bajo un sol de justicia dando lo mejor de sí mismos.

Pues en la política, a pesar de lo que se pueda pensar, no se cierra por vacaciones, al menos no lo hacen todas aquellas personas a las que conozco y con las que me relaciono.

No hay vacaciones porque la política no cierra en verano, las cosas continúan pasando y la ciudadanía, las mismas ciudades, se metamorfosean e incluso aparecen nuevas necesidades derivadas del turismo y de otras obligaciones familiares o laborales.

No hay vacaciones porque no se puede uno quitar de encima el rol de político. Caminas por tu ciudad, atiendes las redes y a la gente. Personas, nuestro ámbito laboral no es complicado (hay tan honorables trabajos que tienen tantas responsabilidades en sus manos) pero sí complejo: tratamos con personas en escenarios cambiantes, disruptivos, cada vez más dinámicos y efervescentes.

Cambian las cosas en un instante, y en ese preciso momento, la ciudadanía espera una respuesta en tiempo real. De la misma manera que uno se enfada si un amigo no contesta el whatsapp cuando lo ha leído, empieza a no tolerarse que no contesten desde la esfera gubernamental a esos protagonistas que viven en primera persona todo lo que sucede.

No es sano decir que no se puede desconectar del trabajo, sí, lo sé. Pero si alguien tiene la fórmula agradecería que la pasara. Uno la necesita, necesita recuperar el tiempo para los suyos, para las cosas de casa, para evadirse y descansar de la rutina, del telediario, de las peleas de gallos y de las idas y venidas de algunos de los que deberían cumplir el papel de representantes públicos.

¿Cerrado por vacaciones? La pregunta que tanta gente se hace ¿cómo?

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