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Antonio Baños, hoy junto a Carme Forcadell - EFE

Mas no consigue ser investido «president» tras otro «no» de la CUP

El candidato sólo recibe el apoyo de su partido. Es la primera vez desde el restablecimiento de la democracia que el candidato a la Presidencia de la Generalitat no logra ser investido ni en primera ni en segunda votación. Mas aseguraba estar dispuesto al relevo a través de una moción de confianza dentro de ocho meses

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El Parlament ha rechazado hoy por segunda vez en esta semana investir a Artur Mas, que sólo ha recibido el aval de los 62 diputados de Junts pel Sí, frente al 'no' del resto, aunque la CUP ha dejado abierta la puerta a un acuerdo, tras apreciar un acercamiento con la última oferta del president.

Después de que en la primera votación del pasado martes la CUP frustrara la investidura de Mas al sumar sus diez votos a los del resto de la oposición, hoy ha vuelto a ocurrir lo mismo y, aunque ya no necesitaba la mayoría absoluta sino que le bastaba la mayoría simple para ser investido, su candidatura ha recibido 73 'noes'.

Es la primera vez desde el restablecimiento de la democracia que el candidato a la Presidencia de la Generalitat no logra ser investido ni en primera ni en segunda votación; ahora, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, abrirá una nueva ronda de consultas parlamentarias para explorar un acuerdo y, si no llega antes del 10 de enero, Cataluña se verá abocada automáticamente a unas elecciones en marzo.

Ni 30 segundos ha tardado esta mañana el líder del grupo de la CUP, Antonio Baños, en rechazar la última oferta de Mas para poder ser investido 'president': una moción de confianza dentro de ocho meses si la Cámara no estaba contenta con su gestión. «La CUP votará no», ha espetado. Baños ha asegurado que su no es una invitación a seguir negociando, considerando que el ofrecimiento de Mas no amplía la base social del independentismo, y que es «insuficiente» porque no deja de ser más que una ampliación de un acuerdo previo con ERC.

Pese a esta teórica mano tendida, Baños ha sorprendido con un alegato durísimo contra JxS, a quienes ha acusado de no ser leales durante las negociaciones. «El ruido, las gesticulaciones, gustan mucho en Madrid, pero las cazas de brujas no nos sirven. La CUP no lo hace así las cosas. Creemos en la lealtad en las negociaciones. Pido un poco más de respeto a la CUP, la única fuerza que no tiene diputados imputados por corrupción», ha dicho Baños. En ese momento, la cara de desolación entre el propio Mas y sus diputados era patente. Pese a que se intuía el «no», el tono de Baños ha disgustado.

Pese a ello, la CUP ha explicado que «están atornillados a la mesa de negociaciones y seremos los últimos en levantarnos: la independencia es irreversible». «Ustedes son el grupo mayoritario, pero creemos en una mayoría de 72 diputados. Tiene todo nuestro tiempo para llegar a una mayoría sólida. Las elecciones anticipadas nunca serán nuestro objetivo», ha concluido Baños.

Antes del 9 de enero

En su nuevo turno de réplica, Mas ha reiterado su oferta de delegar funciones en tres vicepresidencias y de someterse a una moción de confianza, lamentando que por ello se le acuse de «devaluar la institución de la Generalitat y su presidencia». Al respecto, y apelando a la CUP aunque sin citarlos directamente, Mas ha vuelto a pedir soluciones y un voto de unidad por la excepcionalidad del momento.

Mas, también dirigiéndose a Baños, y casi bromeando, le ha señalado que prefiere un «sí intranquilo» a un «no tranquilo», que es como la CUP ha justificado su negativa. «He dado un paso adelante para conformar una mayoría para construir entre todos», ha señalado Mas, que ha pedido a los antisistema ser «corresponsables». El presidente en funciones ha asegurado que no se aferra al cargo, recordando que con un planteamiento distinto hubiese conseguido reunir otras mayorías y «hoy sería presidente», pero «no sería coherente» con sus objetivos políticos.

«Señor Baños, hay tiempo, pero no mucho, hasta el 9 de enero, pero el plazo no debería ir tan lejos», ha asegurado Mas, que ha emplazado a resolver la investidura «de manera razonable en los próximos días». «No tardemos, cada día que pasa es un día en contra del mandato que nos dieron las urnas», ha acabado Mas.

Burlarse del TC «como en el 9-N»

Mas ha aprovechado también la sesión de investidura adelantando ya su intención de no obedecer, o al menos sortear, la suspensión cautelar del TC. En concreto, y aludiendo a esa declaración de soberanía en suspenso, Mas ha señalado que «el Gobierno, en lugar de hacer política la hace a través de los tribunales. Y eso es una señal de ese inmovilismo absoluto del Gobierno con respecto a la situación catalana».

En tono crispado, Mas ha advertido de manera implícita que sortearán la suspensión cautelar del TC, del mismo modo que la suspensión de la consulta soberanista del 9-N fue burlada con un «proceso participativo»: «¿Qué hicimos cuando nos prohibieron la consulta? Pues encontramos la manera de poner las urnas, y 2,3 millones fueron a votar, que no es poco».

Mas también ha pedido respeto por la ciudadania que votó por opciones independentistas, sumando en este grupo a quienes no apoyan la secesión pero sí el derecho a decidir.

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